Durante estos dos meses de manifestaciones en Chile, ha sido tema de conversación en las casas y a veces también un problema, la instancia en que nuestros hijos adolescentes nos dicen que quieren participar en las marchas, no por el hecho que se manifiesten y exijan sus derechos (ya que estoy segura que a todos los padres nos enorgullece que nuestros hijos luchen por sus convicciones), sino más bien por los riesgos a los que se ven expuestos.
Primero, tenemos que entender que los adolescentes de esta época no son los mismos de antes, ellos quieren saber, participar, discernir y opinar de distintos temas. Y eso es muy positivo, ya que no los estamos educando para que se queden al margen de la contingencia, ya sea nacional o internacional. Los adolescentes deben estar al tanto de temas importantes para nuestra sociedad, ya que obviamente les repercuten a ellos.
Como padres de esta generación, más que nunca, debemos educar e informar de manera consciente y ayudar a fomentar en nuestros hijos la curiosidad y el interés por entender lo que estamos viviendo en Chile y conversarlo en conjunto para que ellos tengan distintos puntos de vista y puedan tener su propia postura.
La ventaja de la adolescencia, es que es una etapa en donde el cerebro tiene un alto potencial de aprendizaje, por lo tanto, debemos aprovechar este periodo como una oportunidad para enseñarles a nuestros hijos a desarrollar habilidades para la vida.
¿Cómo mejorar la comunicación?
Tres tips para una mejor comunicación con nuestros hijos adolescentes que quieren marchar
1.- Conversen: Las instancias en familia son ideales para escuchar a nuestros hijos y observar de qué manera se están formando. Además, podemos complementar información que les falte y darles nuestros puntos de vista desde la experiencia.
2.- Convicción: Es importante, debido a la cantidad de marchas que podemos encontrar hoy en día, que nuestros hijos trabajen la convicción. Es decir, que tengan sumamente claro, el por qué están participando de alguna marcha, que los motiva y que es lo que quieren lograr.
3.- Responsabilidad y consecuencias: Las marchas son una tremenda oportunidad para que nuestros hijos desarrollen la toma de decisiones responsables, el autocuidado y asuman consecuencias de sus actos. No todas las marchas terminan de manera pacífica y ese es el gran miedo que tenemos como papás. Es por eso, que debemos hablarlo con ellos, informarnos e informarles, las reglas del juego y las consecuencias. Y preguntarles si serán lo suficientemente capaces de asumir la responsabilidad de sus acciones.
COMENTAR