Tener actividad sexual puede ser lo más normal del mundo. Sin embargo, para algunas personas es todo un reto o desafío el tener intimidad con la pareja. ¿Por qué? Pueden existir varias razones, desde tener inseguridad física hasta sentir miedo por el dolor que esto pueda provocar.
En el sitio Entre Mujeres de El Clarín, el experto Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, analiza y cuenta cuáles son las situaciones que pueden gatillar fobias sexuales. Descúbrelas a continuación.
Objeto fobígeno
El experto enumera a continuación algunas de las acciones que pueden despertar fobias en la persona.
-A tocar o acariciar el cuerpo,especialmente pechos, pezones y muslos.
-A mirar los genitales (los propios o los del compañero/a).
-A tocar los genitales de la pareja.
-A besar los pechos, la boca o los genitales.
-A la penetración vaginal.
-A las secreciones sexuales y olores (semen, secreciones vaginales, aliento).
-A la excitación sexual (propia o de la pareja).
-A perder el control en el orgasmo.
-Al sexo oral.
-Al embarazo.
-A contraer una enfermedad sexual.
-A la desnudez del cuerpo propio o de la pareja.
Causas
“Las causas de las fobias sexuales son múltiples, puede ser por la educación restrictiva, creencias religiosas, normativas culturales rígidas, experiencias traumáticas de abuso sexual, violencia de género, personalidad fóbica o temerosa, sentimientos de inferioridad, ansiedad social, miedo a la crítica externa, a ser avergonzado, etc.”, afirma el experto en el sitio argentino.
El especialista en sexualidad, agrega que estos miedos pueden limitarse a la creencia de padecer algún problema físico, por ejemplo “síndrome del pene pequeño, o a exacerbar un problema existente como sobrepeso, acné, psoriasis, sudoración excesiva, ginecomastia, que es el crecimiento de las mamas en el hombre, etc”.
¿Cómo superarlas?
Walter explica que, ante todo, es necesaria una evaluación exhaustiva para descartar las posibles causas y orientar el diagnóstico de la fobia específica.
Existen técnicas cognitivo conductuales y tratamientos sexológicos que ayudan a la persona a afrontar la situación temida y frenar así la restricción que se provoca en su vida.
“En algunos casos se requiere medicación para bajar los altos niveles de ansiedad, sobre todo cuando aparecen ataques de pánico o conductas fuertemente aversivas. Cuando la personalidad es temerosa existe una predisposición de base para que asienten los síntomas fóbicos, en este caso el tratamiento debe encarar los aspectos más profundos que dieron origen a esa personalidad”, finaliza Walter.
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