“Las primeras veces vas a sangrar y seguro te va a doler”. Es la frase que reciben muchas mujeres en los colegios, de las amigas, de los mismos padres.
Lamentablemente, ese mensaje queda circulando en la mente de las chicas. Algunas de ellas tratan de evitar los encuentros íntimos para no experimentar esa dolorosa experiencia y otras se lanzan al vacío ayudadas con la explosión hormonal del deseo.
Si dolió la primera vez, existe la esperanza que esto vaya disminuyendo en el tiempo con la práctica, pero si no sucede, se van acostumbrando a las relaciones de ese tipo, que obviamente son poco satisfactorias.
Muchísimas mujeres consultan en Centro Miintimidad por dolor en sus relaciones sexuales (Dispareunia). Al preguntarles hace cuánto tienen esas molestias me contestan “hace bastante tiempo, desde siempre” y les digo, ¿por qué no consultaste antes y te pasaste todos estos años aguantando el dolor? La respuesta más frecuente es “me acostumbré, pensé que era normal”.
En tanto, Pamela me cuenta que hace seis años está casada, mantiene una frecuencia de encuentros sexuales de tres veces por semana y ya se acostumbró a aguantar el dolor. “Lo hago para satisfacer a mi marido, pues yo no siento ningún placer, pero ahora me cansé y decidir pedir ayuda”, indica.
La historia de Pamela se replica en cientos de mujeres en Chile, a las que nunca les hablaron o educaron acerca del placer en los encuentros íntimos, ni a disfrutar de la sexualidad. Solamente se les enseñó sobre la prevención de embarazo y de enfermedades de transmisión sexual.
Algunos estudios muestran, en ese sentido, que aproximadamente el 10% de las mujeres sufren de dolor durante las relaciones sexuales.
Es importante que todas las mujeres sepan que no es normal que exista dolor durante las relaciones sexuales, ya que si duele en forma repetitiva es porque existe algún problema, donde las causas son multifactoriales, por lo cual se requiere de una evaluación diagnóstica para buscar un tratamiento a seguir.
Muchas veces el dolor no es tan solo por un problema físico, sino comunicacional. Amigas, dejen de sufrir, comuníquense con sus parejas y cuéntenles lo que están sintiendo, lo que no les gusta y atrévanse a consultar con un profesional calificado, pues siempre existe una solución para lograr una sexualidad satisfactoria y placentera.
¡El placer es un derecho!
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