Si pudiéramos armar una lista de las frases que más repetimos o escuchamos con la llegada de fin de año, sin duda la frase “estoy estresado” la lideraría. Y es que resulta que a esta altura del año todos se declaran estresados. Pero ¿qué tan certero es este auto diagnóstico?
Imagen: Gentileza Pixabay.com
Según nos aclaró Solange Miller, psicóloga de la Clínica Bicentenario, “es importante tener en cuenta que se puede padecer un cansancio extremo, pero que no siempre resulta ser estrés”.
Las diferencias del estrés y el cansancio
Según la profesional los síntomas que definen si una persona sufre de estrés son los siguientes:
1. Trastornos del sueño: Dificultad para quedarse dormido o despertarse durante la noche.
2. Trastornos alimenticios: Aumento o disminución del apetito.
3. Ansiedad y angustia.
4. Cambios de ánimo: Irritabilidad, labilidad emocional y mal humor.
5. Dolores físicos: cuellos, cabeza y espalda.
6. Poco interés: bajan los deseos de hacer actividades.
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Por el contrario, si una persona no presenta los síntomas mencionados anteriormente, pero levantarse en las mañanas significa un verdadero desafío, solo padecería de un cansancio extremo. Sin embargo hay que prestarle atención.
“Si todos estos síntomas se prolongan por un buen tiempo, probablemente se trate de un cuadro de estrés”, advierte Solange. Y es por esto que la experta recomienda:
– Tomar vacaciones el tiempo que corresponda, para evitar el estrés o cansancio extremo.
– Desconectarse de los aparatos electrónicos durante las vacaciones.
– Dormir las horas adecuadas.
– Salir de la rutina y compartir en familia.
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