Sin darte cuenta, un mal silencioso y con consecuencias dramáticas podría estar afectando a tu sonrisa. El bruxismo es un hábito nocivo e involuntario de apriete y rechinamiento de los dientes, que puede ocurrir tanto en la noche como en el día, y se acentúa durante nuestros momentos de descanso o sueño.
En Chile, al menos el 60% de los adultos lo hacen en forma inconsciente, experimentando hasta 80 veces más desgaste dental en un día en comparación con quienes no padecen esta patología.
Imagen: gentileza Pixabay.com
Por eso, hablamos con Claudia Marín Diez, Licenciada en Odontología de la Universidad de Chile y Presidenta de la Academia Internacional de Medicina Oral y Toxicología en Chile, quien nos explicó más sobre esta enfermedad que pocos conocen y varios sufren, sus síntomas y de qué forma podemos mermar en algo su daño.
Tensión y dolor
Para saber si padeces o no de bruxismo lo primero es intentar darte cuenta si en el día a día, mientras escribes en tu computador o vas en el metro, estás sin querer apretando extremadamente tus dientes. Cabe destacar que este mal puede manifestarse en hombres y mujeres a diversas edades, e incluso se han detectado casos de bruxismo en niños muy pequeños.
Luego, tomar en cuenta alguna de las señales que la odontóloga nos explica. “Los síntomas más frecuentes son dolores musculares en la zona mandibular, cuello, cabeza y espalda, además de molestia de oídos, aunque en muchos casos suele estar presente sin que el paciente sienta ningún tipo de malestar”, indica.
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Además, la experta aconseja que, otra forma de detección previa, es “el relato de su familia o pareja, ya que sus cercanos le pueden señalar si usted genera el sonido característico del rechinamiento dentario durante el sueño”.
Pérdida de dientes
Pero más allá de los síntomas descritos arriba, que evidentemente pueden ser molestos para el paciente, lo peor del bruxismo es que, a la larga, puede generar problemas muchos más graves, que no se sopesan de inmediato, como el engrosamiento de las mejillas, desórdenes temporomandibulares o fractura y pérdida de dientes.
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“Las consecuencias en un mediano y largo plazo son nefastas, llegando incluso a la pérdida de piezas dentales y deteriorando la calidad de vida del paciente”, advierte la odontóloga, dejando claro que, si nota algún signo de este mal, lo mejor es que acuda rápidamente a un especialista.
¿Cómo mejorar?
Lo primero es acudir a un dentista que pueda “observar en nuestra dentadura desgastes dentarios, dientes fracturados, aumento en la movilidad de algún diente o aumentos de tamaño en los músculos de la masticación, y así realizar un diagnóstico más exhaustivo al respecto”, dice Claudia Marín.
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La odontóloga explica que “existen planos de relajación (una especie de placas) que el afectado puede utilizar durante sus horas de sueño, pero es importante señalar que el tratamiento debe ser interdisciplinario”, es decir, ir acompañado además de terapias que fomenten el relajo, como la acupuntura y la fisioterapia.
El uso de botox, en tanto, es una “técnica muy útil, ya que disminuye la fuerza de contracción de los músculos encargados del cierre mandibular. Este botox posee la misma toxina botulínica que se coloca en piel para tratamientos estéticos, pero en mayor concentración e inyectado directo en los músculos de la masticación”. Toda una novedad que ayuda a que la mandíbula se relaje y mejore de manera notable.
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