Los dolores musculares, dolores de cabeza y problemas circulatorios son indicios de que la rutina le ha pasado la cuenta a tu cuerpo. El actual estilo de vida nos lleva a vivir constantemente tensos sin darle un tiempo de relajación a nuestro organismo, lo que muchas veces desemboca en una depresión. Pero estas molestias pueden terminar aún peor, convirtiéndose en enfermedades crónicas.
Es por esto que existen variados métodos para que nuestro cuerpo se despoje de todos estos malestares, como terapias de relajación, yoga, acupuntura, entre otras. Sin embargo, existe un procedimiento que promete resultados cien por ciento efectivos. Es la Técnica de Integración Neuroestructural, más conocida como Técnica de Bowen.
La terapeuta y profesora Jenny Petridis conversó con S Moda para entender este método. Según ella se trata de una “terapia manual complementaria que cura, a través de palpaciones suaves y superficiales sobre músculos, tendones y ciertas partes de los tejidos blandos”, mencionando además que “estos micromovimientos pretenden estimular al cuerpo”. Todo esto en un ambiente máximo de relajación.
Además la experta señala que las pausas durante el procedimiento son muy importantes, ya que “permite que el sistema nervioso se acomode y haga sus cambios”.
La técnica fue basada en el trabajo realizado por Tom Bowen, un terapeuta australiano que falleció en 1982. Según señala la terapeuta en su sitio, Bowen tenía habilidades únicas de palpación y evaluación que le permitieron desarrollar un nuevo método de trabajo corporal. El terapeuta hizo que un grupo de practicantes lo observara en las terapias que realizaba durante muchos años y fueron ellos quienes más tarde crearon la Técnica de Bowen, según las interpretaciones de su trabajo.
El poderoso efecto de Bowen sobre la integridad postural, que tiene como objetivo “mejorar el equilibrio neuromuscular”, según cuenta Petridis a S Moda, impulsa a muchos a probarlo.
Es que esta técnica puede tener múltiples beneficios, ya que puede sanar desde afecciones musculares, estructurales o viscerales; hombro congelado; artritis; esclerosis múltiple; problemas linfáticos y circulatorios; problemas digestivos y problemas respiratorios como el asma. “Tiene un profundo efecto en la regulación del sistema nervioso. Con sus pequeños y breves movimientos sobre los tejidos blandos, mejora la respuesta de descanso/relajación y disminuirá la respuesta de lucha/huida”, concluye la experta.
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