El cáncer es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial y aproximadamente un 30% de las muertes por esta enfermedad se deben a cinco factores de riesgo de hábitos y alimentarios, tales como: índice de masa corporal elevado, consumo insuficiente de frutas y verduras, falta de actividad física y consumo de tabaco y alcohol.
Además, según Claudia Rojas, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, existen alimentos que, según su consumo, por sí solos o mezclados podrían producir cáncer.
“Están los alimentos amiláceos, es decir, los que generan acrilamida en alimentos derivados del almidón, esto es a través de un aminoácido llamado asparagina y en presencia de algunos azúcares y altas temperaturas, produce la reacción de maillard o dorado de los alimentos. En ellos encontramos: Papas fritas caseras, chips de papas, cereales, pan tostado, hallullas y marraqueta muy dorados, palomitas, berlines, galletas infantiles y crackers, empanadas horneadas y fritas, sopaipillas y calzones rotos”, asegura la especialista.
Carnes procesadas y embutidos pueden producir cáncer
La nutricionista también advierte sobre las carnes procesadas y derivados como cecinas y embutidos.
“Las sales de nitrito, por sus propiedades conservantes, son consumidas y son transformadas en el estómago en compuestos N-nitrosos especialmente nitrosasminas, sustancias con propiedades cancerígenas”, explica.
En tanto, según la experta “los métodos de cocción a alta temperatura generan compuestos que pueden contribuir al riesgo cancerígeno, cocinar a altas temperaturas en contacto directo con una llama o una superficie caliente, como la parrilla o el sartén, produce más de ciertos tipos de químicos cancerígenos como los hidrocarburos aromáticos poli cíclicos y las aminas aromáticas heterocíclica”.
Cuidado con las combinaciones
Respecto a los alimentos o la combinación de ellos que resultan más riesgosos, la académica de la UNAB detalla: Beef a lo pobre, chorrillana, vacuno o cerdo asado con papas fritas y embutidos, cecinas derivados del vacuno y cerdo (más de 30 gramos diarios, lo que equivale a 1 rebanada).
Finalmente, la experta recomienda “evitar el consumo diario de carnes procesadas y embutidos. Se sugiere que los asados familiares y sociales se hagan con una frecuencia de no más de dos veces en el mes. Evitar las frituras, las que deberían consumirse una vez al mes; elegir panadería, bollería y galletas sin tostar en exceso; y preferir cocinar al vapor, sartén, olla y hornear sin exceso de dorado”, concluye.
Finalmente, la nutricionista subraya “que la industria alimentaria ha trabajado y seguirá en ello, disminuyendo la acrilamida en los cereales”.
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