A la hora de preparar nuestro viaje y las cosas que llevaremos, es fundamental tomar algunas precauciones para resguardar nuestra salud, entre ellas, alistar el denominado “botiquín del viajero”.
Según explica José Manuel Delgado, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, el botiquín del viajero surge como una de las necesidades relacionadas a los cambios en la alimentación, clima, altitud, condiciones higiénicas y medioambientales asociadas al lugar que visitaremos. Un botiquín bien conformado puede contribuir al bienestar de la persona durante el viaje, agrega el químico farmacéutico.
Cómo prepararlo
Para la elaboración del botiquín del viajero se deben tomar en cuenta los problemas que con mayor frecuencia se pueden presentar en las zonas incluidas en el recorrido a realizar. “Además se deben considerar los requerimientos propios de cada persona relacionados con las patologías que padezca, para lo cual deberá incluir los medicamentos habituales en las cantidades requeridas para cubrir el tiempo de viaje, dado que en algunos países se podría dificultar su adquisición”, dice el profesional.
Los viajeros presentan mayores probabilidades de padecer diarreas, para el tratamiento de las cuales, José Manuel Delgado sugiere mantener la hidratación corporal mediante la administración de sales rehidratantes y “sólo en casos de emergencia se aconseja la utilización de Loperamida”, subraya. Según explica el académico de la UNAB, bajo estas condiciones, el cuadro diarreico debe limitarse a un período no superior a cinco días. Se aconseja procurar asistencia médica en caso de que los síntomas persistan más allá del período indicado o en caso de fiebre o presencia de sangre en las heces.
El especialista también recomienda agregar antihistamínicos como la Loratadina para el tratamiento de posibles cuadros alérgicos y antiespasmódicos que podrían ser utilizados en casos de cólicos intestinales. “Muchas enfermedades graves relacionadas con los viajes tales como la fiebre amarilla, el dengue y la malaria, entre otras, son transmitidas por la picadura de insectos, por lo que se recomienda la búsqueda de información previa, e incluir un repelente en los casos pertinentes”, afirma.
Quemaduras y heridas
Tampoco puede faltar en el botiquín los protectores solares y labiales, alguna crema para el tratamiento de las quemaduras, así como los insumos utilizados para la cura de heridas (gasa estéril, povidona yodada, parches y cintas adhesivas). Ideal es también la inclusión de sales antiácidas y comprimidos de Dimenhidranato, útiles en el tratamiento de la acidez y los vértigos respectivamente, síntomas de muy alta frecuencia de aparición entre los viajeros.
Por último, dado la posibilidad de pérdida de algún equipaje, el experto recomienda dividir los medicamentos en al menos dos contenedores, los que deben ser colocados en maletines diferentes.
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