Quizás se acabaron las vacaciones, pero el verano continúa. Ahora hay menos tiempo para salir a playas u otros países, pero encontramos cerca de Santiago lugares a los que puedes acceder en poco tiempo, y donde puedes seguir disfrutando de la temporada.
Nunca me he subido a una montaña rusa y he evitado todo tipo de exposición al peligro desde siempre. Vivir una oportunidad de apego con la naturaleza y disfrutar de esta actividad como si estuviera de vacaciones fueron algunas de las cosas que me motivaron a hacerlo.
Partí a las 12 del día, llegué al Cajón antes de las 1 de la tarde. Las salidas en Chile Rafting son a las 11 de la mañana, 2 y 5 de la tarde. Por mientras comí algo en un lugar cercano, todo en un ambiente relajado que caracteriza al centro de San José de Maipo.
Ahí mismo te entregan todo el equipo, lo único que tienes que llevar es traje de baño. El equipo consta de un traje de neopreno, que te pasarán de acuerdo a tu talla, unas botas para agua, casco y chaleco salvavidas. Cuando ya estábamos listos nos subimos a un bus, que nos llevó hasta el lugar del Río Maipo en el que haríamos el descenso.
Primero hay una instrucción teórica con las principales precauciones que hay que tener haciendo rafting. Ahí el guía te explica de forma súper completa y precisa lo que debes hacer frente a cada situación que pueda pasar en el agua. En ese momento me asusté un poco, obviamente piensas que son cosas súper frecuentes, pero la verdad es que con estas técnicas que te enseñan son accidentes evitables.
Llegó el momento de subirnos a la balsa, en cada una van entre 7 y 9 personas más el guía, quien va atrás dirigiendo. Cuando partimos me di cuenta que mientras remáramos con fuerza y coordinados nada iba a pasar. A veces hay remolinos o lugares en donde la cosa se pone más brava, pero el guía va diciendo lo que hay que hacer.
En la desesperación por remar y tratar de coordinarnos todo se hace demasiado divertido. Te llega agua, es imposible parar de reírse y se genera muy buena onda con los demás integrantes del bote, a los que yo había conocido ese día, pero la situación hizo que todos pareciéramos de lo más amigos.
De mi balsa no cayó nadie, pero de las otras si vi caer a algunos. No es nada grave, rápidamente llegan los kayakistas, que van siempre alrededor y te sacan. Si se te cae tu remo ellos también te lo pasan en pocos segundos.
Hay un momento en que te puedes bajar a probar el río si quieres, obvio que yo lo hice y lo encontré demasiado agradable, aparte que con el traje no se siente nada de frío.
Un ventaja del rafting es que también se puede practicar en invierno, cuando dicen el paisaje es hermoso, ya que está todo nevado. Si tienes ganas de ir durante el año a un lugar cerca de Santiago y hacer algo diferente, esta es una opción que no te puedes perder. A pesar de la adrenalina, termina siendo una actividad muy relajante, que se vive en un lindo entorno desde comienzo a fin.
COMENTAR