Partamos por tu infancia, ¿dónde estudiaste, Rodrigo?
“Estudié en el colegio San Ignacio desde kinder a cuarto medio y por cierto, era muy mal alumno. De hecho estuve condicional por notas y por mala conducta hasta el final. Me anotaban por dibujar y por reírme en clases”.
Eso igual te sirvió para convertirte en lo que eres hoy, ¿no?
“Sí, transformé mi desastre en una profesión“.
Cuéntame un poco de tu vida. Luego de haber estudiado artes en la Universidad de Chile, ¿en qué empezaste a trabajar, qué proyectos tuviste?
“Estudié licenciatura en Artes con mención en grabados. Luego dibujé en el Wikén de El Mercurio, en Zona de contacto, en la Revista del domingo… trabajé como ilustrador ahí harto rato. Hice también Comer y viajar y después ya empecé a hacer mi tira Canal 76, que todavía sigue”.
Respecto de tu participación como guionista en 31 minutos, ¿te imaginaste alguna vez que ese espacio para niños lograría el éxito que tiene hasta el día de hoy?
“Ese fue mi primer trabajo de verdad, porque antes trabajaba como ‘free lance’. Justo en ese periodo conocí a Pedro Peirano y me ofreció trabajar en 31 Minutos. Y esa fue en realidad mi primera pega donde tuve que cumplir horarios. Lo que más recuerdo es que lo pasábamos muy bien haciendo el show, pero nunca dimensioné lo que iba a pasar, ni el fenómeno que se iba a producir. Bueno, yo creo que ninguno de los que formábamos parte del equipo se imaginó la revolución que se generaría con un programa de títeres. Yo creo que todo coincidió: una generación de personas y un buen proyecto, simplemente esto hizo que le fuera bien”.
Luego vino el Club de la Comedia, ¿cómo llegaste ahí?
“Llegué como guionista y me llevó Sergio Freire. De a poco me fui metiendo frente a cámara, derivé de guionista a actor cómico y la verdad es que me encanta”.
Y de los personajes que has interpretado, ¿cuál es tu favorito, con el que mejor lo pasas actuando?
“En 31 minutos, mi favorito es Juanín porque es tierno y porque me encantaría ser como él y del Club de la Comedia es el “Ratoncito” porque se parece más a mi, porque es tierno y malo a la vez (ríe)”.
Sobre tu desempeño como vocal de mesa durante las últimas elecciones, ¿cómo sentiste ese deber cívico?
“Me encantó y creo que es mi pega favorita, porque siento que lo hago bien y que soy un aporte. De hecho el Servel debería contratarme”.
Aparte es muy probable que te toque para las presidenciales…
“Sí, y por eso también voy a estar con mi carrito del “Cerbel” dando comida. Ya estoy craneando nuevas ideas, queremos tener completos ahora”.
¿Quién te dio la idea de darle comida a las personas?, ¿fue iniciativa tuya o te lo propuso alguien de la producción de CHV?
“Lo que pasa es que cuando yo fui por primera vez vocal de mesa detecté que había problemas porque el Servel no le daba comida a los vocales de mesa. Entonces yo encontré que era injusto y por eso nació la idea de llevarles cositas para que se alimentaran. En definitiva esto nació de una incertidumbre por la falta de cocaví para los vocales”.
Y te pagaron ya por tus servicios de vocal?
“Todavía no porque hay que esperar un tiempo. Igual yo creo que este sistema de votación se puede mejorar y hacerlo más grato con pequeños gestos como la comida”.
Este mes se estrena Barrio Universitario, cinta en la que participan algunos de los actores del Club de la comedia. Cuéntame un poco sobre la trama y las expectativas que tienen como equipo con esta película
“El 25 de julio se estrena. Está dirigida por Esteban Vidal y se trata de un grupo de amigos que están en un instituto “penca” que se llama Michael J. Fox y tienen un desafío de construir un robot. Es de chistes y también sale la diosa Juanita Ringeling, que tiene un romance con Fabrizio Copano, lo cual desencadena un conflicto que se resolverá al final de la película”.
¿Y tu personaje qué hace?
“Nada (ríe). Mi personaje es el gordo que cumple el rol de gordo chistoso y que le pasan cosas estúpidas. En realidad es como Homero Simpson… no sirve para nada”.
Eres muy fanático de la “U”, por lo mismo, ¿qué opinas de la salida de Darío Franco? ¿Fue justo o había que darle un poco más de tiempo?
“Es súper bueno, porque tuvo su tiempo. Aparte siempre voy a ser viudo de Sampaoli, lo echo de menos, pero igual espero que llegue alguien que tenga más entusiasmo. Yo creo que lo que le pasó a Franco se dio porque era poco expresivo y estaba callado. Uno nunca sabía qué le pasaba, aparte la ‘U’ necesita un DT más empático”.
Se supone que va a llegar el Fantasma Figueroa, ¿te gusta?
“Pucha, que mejor llegue y ahí veamos qué tal lo hace. En lo personal, no me gusta partir criticando a alguien antes de hacer la pega. Que empiece y ahí vamos a cachar, porque los jugadores pasan y las instituciones quedan, lo mismo pasa con los DTs que pasan y las instituciones quedan y acá lo más importante es la ‘U'”.
Y por último, ¿en qué te ves en 10 años más?
“Qué entretenido… en realidad me veo más gordo, en la playa y lleno de hijos”.
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