Revisa a continuación un extracto del reportaje de Tendencias de La Tercera:
“Hay un clásico chiste de Condorito: el famoso pajarraco llega al infierno y cuando el diablo le pregunta qué hace ahí, le responde que su suegra había amenazado con suicidarse porque eso lo haría feliz y que finalmente había cumplido su promesa. El diablo sigue sin entender qué hace él ahí y Condorito dice “es que me morí de la risa”. Plop.
Como esa, muchas bromas han surgido sobre la relación con los suegros desde la primera, en el año 100 d.C., cuando el escritor satírico romano Juvenal escribió: “Mientras la suegra viva y haya paz doméstica, buena suerte”. Y es una temática que cobra relevancia a fin de año, el período del año en el que más compartimos con nuestras familias políticas y, obviamente, con los suegros. Lo queramos o no. Y en este contexto de tanta fiesta y comidas familiares, ellos seguramente preguntarán cómo estuvo el año, ofrecerán ayuda en tareas que no necesariamente alguien les pedirá (como lavar los platos o acostar a los niños) y, en una de esas, harán comentarios que pueden no resultar cómodos”.
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