¿En el colegio odiabas las disertaciones y en tu trabajo no eres capaz de presentar nuevos proyectos por el terror que te produce hablar en público? Puede que seas una de las muchas personas que, día a día, se enfrentan al pánico escénico, una condición que si no es bien tratada, se puede convertir en la piedra de tope para tus logros académicos, profesionales y sociales.
Si es tu caso o si conoces a alguien con este problema, este artículo podría ser de ayuda. Conversamos con José María Arriagada, psicólogo de la atención particular en centro de especialidades VALCHAD, quien nos dio consejos sobre cómo superar este pánico escénico.
1. Entrena: El psicólogo recomienda “entrenar previamente a lo que debemos exponer, para llegar preparados a enfrenar al público”. La idea es prepararnos frente al espejo reiteradas veces al día, para así llegar más seguros a la hora de nuestra presentación.
2. Grábate: Se aconseja grabar nuestro discurso varias veces, con el fin de ir perfeccionándolo cada vez más. La idea es verlo u oírlo varias veces antes de la presentación y anotar los defectos para ir mejorándolos. Recuerda que el resultado final no tiene que ser perfecto, pero sí fluido.
3. Ensaya con público: Según el psicólogo “es recomendable practicar con nuestra familia o amigos una y otra vez, aún cuando parezca monótono”. Así, no solo te aprendes bien tu parlamento, sino que además ensayas con un público presente y vivo (no con tus peluches).
4. Debes darte un tiempo introductorio: Es muy positivo darse un tiempo introductorio previo a la exposición. El psicólogo explica que “esto nos servirá para relajarnos y aclarar nuestras ideas para presentarnos con calma, comentar alguna situación atingente al lugar y al momento, e incluso hacer referencia directa a esta suerte de ansiedad que nos produce la exhibición en público”. Con un tiempo introductorio, te ganas la empatía del público y de paso te relajas un poco.
5. Practica ejercicios de relajación: El experto asegura que es “útil practicar ejercicios de relajación, ya sea centrados en la respiración, posturas corporales o imaginerías”. Una buena idea es imaginarte el momento de la presentación, sin ansiedad pero sí con realismo, para prepararte ante cualquier situación. Además, la noche antes, intenta dormir bien y realizar ejercicios de respiración sencillos.
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