Es un hecho, en esta época del año no hay quien se libre de los gastos. Y es que por más que intentemos organizar nuestro dinero para no generar deudas, hay ocasiones en que los imprevistos nos obligan a gastar más de lo que tenemos y terminemos con la soga al cuello. Pero, ¿qué consecuencias tiene esto para nuestra salud?
Constanza Zúñiga, psicóloga de la Clínica Avansalud, nos explicó que debido al sobreendeudamiento pueden aparecer síntomas de algunos trastornos sicológicos. “En la mayoría de las personas el sentirse ahorcado por las deudas sólo da cuenta de síntomas depresivos, de angustia o ansiedad que se encuentran en la base”, dijo.
Imagen: Gentileza de Pixabay.com
Pero, ¿cómo saber cuando la situación está pasando a mayores? La especialista explica que es clave estar atento a las señales que envía el organismo. De esta forma, los “síntomas depresivos, de angustia, ansiedad, trastorno del sueño o apetito”, dan la alerta, sobre todo a los cercanos de quien sobrelleva el problema.
“Cuando la persona no logra continuar con sus actividades habituales, ni disfrutar con lo que antes le producía goce, debe pedir orientación de un profesional”, dice la especialista. Y es enfática en señalar que si la persona involucrada no puede pedir ayuda por sí sola, “se debe guiar al individuo a seguir con el apoyo”. Por lo tanto, el rol que cumple su entorno familiar es fundamental.
RECOMENDACIONES PARA MANEJAR LA SITUACIÓN
1. No te aisles, pide ayuda
Una de las medidas esenciales es que hagas partícipe a tu familia. “Es importante solicitar la ayuda de la red social y familiar, debido a que facilitará recobrar parte del equilibrio del hogar”, asegura Zuñiga.
2. Si tienes hijos, explícales la situación
La especialista explica que, “los niños perciben los cambios conductuales de los padres frente a las dificultades económicas, por lo tanto incluirlos en una conversación donde se pueda ayudar a comprender en contexto lo que se vive, facilitará expresiones conductuales en los niños también”.
3. Atentos al estrés post traumático.
Si crees que con el hecho de pagar las deudas los problemas emocionales desaparecerán, te equivocas. Constanza Zúñiga aclara que puede que disminuyan, “sin embargo, muchas veces se debe intervenir sobre efectos psicológicos posteriores, tal como si fuese estrés post traumático”.
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