Últimamente el apego se ha transformado en un tema recurrente entre mujeres que ya son madres o que ya han escuchado el llamado de la maternidad.
Y aunque es cierto que no existen los padres perfectos y que todos los tipos de crianza pueden tener sus beneficios, los estudios e investigaciones que existen sobre las ventajas de practicar el apego seguro, convence a cada vez más padres y madres en seguir esta tendencia que deja en el pasado las indiferencias al llanto, los castigos, gritos y coscorrones de “la vieja escuela”.
Andrea Cardemil, psicóloga infanto-juvenil de Infantium Center y autora del libro “Apego Seguro: Cómo relacionarte con tu hijo a partir de los 2 años”, explica a continuación los beneficios y principios básicos que promueven una relación de apego seguro con los hijos, y que se deben aplicar en todas las etapas de desarrollo de los niños.
“Existe abundante investigación que demuestra que el apego seguro tiene múltiple beneficios socioemocionales tanto a corto como a largo plazo. Se ha visto por ejemplo, que los niños que tienen apego seguro manejan mejor sus emociones, establecen mejores relaciones sociales, les va bien en el colegio e incluso se enferman menos”, asegura Andrea.
CÓMO GENERAR APEGO CON TUS HIJOS
1. Regula el estrés.
Según la psicóloga este es el principio más importante y consiste en ayudar a nuestros niños a recuperar la calma cuando todo se ve negro.
“Durante los primeros meses la principal regulación es fisiológica -hambre, sueño, temperatura-. Y en la medida que el niño va creciendo se va incorporando la regulación emocional -pena, miedo, frustración- y cognitiva”, explica. Y agrega que, “la clave en este principio está en no dejar solo a nuestro hijo cuando les pasa algo y nos necesita. Por ejemplo: no mandarlo a la pieza cuando está haciendo una pataleta, dejarlo llorar en la noche o hacer que no pasa nada cuando está triste”.
2. Amplifica estados emocionales positivos.
Andrea dice que esto significa generar sensaciones y emociones placenteras en los hijos. “Muchos papás confunden esto con comprarles juguetes a sus hijos o hacer panoramas entretenidos. No hay nada que reemplace un abrazo, una caricia o una tarde juego o de parque. Cuando son menores de dos años, el contacto sensorial con la madre es muy importante, porque además de regular el organismo, genera estados de plenitud. Por lo mismo, además de la lactancia y mimos, recomiendo hacerles masajes y jugar a través de los sentidos”.
3. Debes estar atenta a las señales del niño.
“La mayoría de las veces los niños comunican sus estados emocionales a través del lenguaje no verbal. Por ejemplo, se chupan el dedo o se ponen hiperactivos”, dice Cardemil. Por eso la especilista recomienda estar atentos a estas señales.
“Si bien la naturaleza nos dota de cierta sensibilidad, ésta se puede mejorar observándolos, conociendo la etapa del desarrollo en que se encuentran y sus características de personalidad, tratando de ‘mentalizar’ sus conductas: ‘Se está chupando el dedo porque está nervioso’, ‘Está inquieto, algo le debe pasar'”, explica Andrea.
4. Repara los momentos de desconexión.
Muchas veces pasa que por algún motivo no puedes atender las necesidades de tu hijo o lo retaste y perdiste la conexión. No debes sentirte culpable por eso, es natural. Sin embargo la psicóloga dice que, “es importante reparar y volver a conectarnos con ellos”. Y para eso solo basta con explicarles lo que pasó. Andrea recomienda usar frases como estas: “‘no me di cuenta que te pasaba algo’, ‘Ahora si puedo escucharte’, ‘Amor, no te debería haber hablado tan fuerte,disculpa'”.
5. Sé predecible ante sus ojos.
Los niños necesitan predecir las respuestas de sus cuidadores, especialmente cuando están estresados. “Los niños que tienen apego seguro tienen la seguridad de que pueden expresar su estrés y que su cuidador los va ayudar a calmarse. Pero esta seguridad no se puede lograr si siempre reaccionamos de distintas maneras”, explica la psicológa.
6. Evita el estrés innecesario.
Andrea dice que, “hay muchos momentos de estrés que son innecesarios y que se pueden evitar. Por ejemplo, preocuparse de que tu hijo duerma su siesta antes de ir a un cumpleaños o darle una comida liviana si está muy cansado”.
7. Pasa tiempo a sola con cada uno de tus hijos.
“Pasar tiempo uno a uno con nuestro hijo, además de amplificar estados emocionales positivos, permite conocerlo mejor. Esto es especialmente importante si tienes más de un hijo y/o trabajas”, asegura Cardemil.
8. Preocúpate de las necesidades de cada etapa de su desarrollo.
Debemos saber que cada etapa del desarrollo es distinta y por lo mismo las necesidades irán variando con el paso del tiempo.
La psicóloga infanto-juvenil explica que, “Algunas son constantes, como la necesidad afectiva, mientras que otras van variando en función de la etapa del desarrollo, como por ejemplo necesidad de autonomía en la etapa preescolar y de exploración en la adolescencia. La idea es generar espacios e instancias para que estas necesidades puedan ser satisfechas de manera adecuada y segura”.
9. Establece límites con amor.
Andrea sabe que esto es una de las cosas más difíciles de la crianza. Por lo mismo, es importante que una vez que establecemos algún límite, estar atentos a sus reacciones para ayudarlos a regularse en caso que lo requieran.
10. Preocúpate de ti misma.
La especialista asegura que es muy importante que las madres no se abandonen. “Es importante que nos preocupemos de nosotros, que estemos atentos y conscientes a nuestros propias necesidades y estados emocionales. Que nos preocupemos de dormir bien, de hacer deporte, de compartir con nuestra pareja y amigos, etc”, finaliza.
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