Según la Encuesta Nacional de Salud 2016-17, el 74% de los mayores de 15 años en Chile tiene obesidad o sobrepeso, lo que daña la salud y predispone a enfermedades en la edad adulta. Además, solo uno de cada diez escolares tiene una condición física aceptable y un 25% de los estudiantes tiene perímetro de cintura que provoca riesgo cardiovascular y de diabetes.
Desde la Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe), ven esto con mucha preocupación. Y es que las cifras apuntan a que los adolescentes chilenos están entre los más sedentarios del mundo, por lo que su condición física es muy inferior a la de hace cincuenta años. Si no se corrige el bajo nivel de actividad física y estas alarmantes cifras, la mortalidad por enfermedades no trasmisibles, principales causas de muerte en Chile, seguirá en aumento, aseguran los expertos de Sochipe, quienes se reunirán en el 58° Congreso Nacional de Pediatría para analizar dicha problemática y que se llevará a cabo en Antofagasta entre el 3 y 6 de octubre.
De hecho, como sociedad científica se adhieren a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estipula que niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años deben realizar 60 minutos diarios de actividad física. “Para tener una población sana y saludable, es esencial contar con una normativa que incluya actividad física de intensidad moderada-vigorosa todos los días en los colegios, en todos sus niveles”, asegura el doctor Francisco Verdugo, Presidente comité Medicina del Deporte, de Sochipe.
El objetivo, agrega el especialista, “no es agregar más horas de clases de educación física, sino aumentar el nivel de actividad en el quehacer cotidiano de los preescolares y escolares, haciendo por ejemplo los recreos más activos, pausas activas entre cambio de clases, y apoyar el trasporte activo al colegio asegurando el perímetro alrededor de éste, entre otras medidas”.
Beneficios de una hora al día de actividad física
Existe clara evidencia que la actividad física mejora la salud en forma significativa, ya que no solo fortalece el sistema muscular y cardiovascular, sino también el tejido óseo, sistema nervioso central, endocrino y aspectos psicoemocionales, explica el doctor de la Sochipe.
“Por ejemplo, la actividad física en jóvenes aumenta su rendimiento en pruebas de matemáticas. Además, trae beneficios psicológicos como mejor control de la ansiedad y la depresión. Asimismo, contribuye al desarrollo social de los jóvenes, fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración. Los jóvenes activos tienen mejor rendimiento escolar, adoptan con más facilidad comportamientos saludables, ven menos televisión, y consumen menos tabaco, alcohol y drogas”, explica.
Nuestras recomendaciones se relacionan desde el jardín infantil, ya que los buenos hábitos enseñados en la niñez temprana tienen mayor probabilidad de mantenerse durante la vida adulta, sostiene el Dr. Verdugo.
“Además de una alimentación sana, se debe favorecer la utilización de diferentes entornos como parques, plazas activas, ciclovías, senderos y muros de escalada, para incrementar los niveles de actividad física y ejercicio. Las familias deben estimular la práctica regular de ejercicio y actividad física en sus hijos e hijas, acompañándolos en sus competencias deportivas y practicando juegos y deportes en conjunto”, enfatiza el especialista.
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