Tomar la decisión de comenzar una terapia psicológica para muchas personas marca un antes y después, ya que comienzan a resolver aspectos de su vida, que en algunos casos, les han impedido vivir de forma plena y desarrollarse a nivel personal y profesional.
¿Cómo comienzo?
El primer paso que debe dar una persona que decidió comenzar un tratamiento psicológico es tener un verdadero compromiso y disposición para realizarlo, para luego elegir a su terapeuta.
Es normal que, previo a la primera sesión, los pacientes sientan ansiedad ya que “las expectativas que tienen son altas, abrirán campos de su vida que no son fáciles y se verán expuestos y vulnerables ante un extraño al comienzo, para posteriormente validar al terapeuta a medida que encuentren respuesta a su motivo de consulta”, indica Estanislao Jaque, psicólogo de IntegraMédica.
Sobre la relación que se va construyendo entre el paciente y el terapeuta, es importante saber que “cada profesional acoger y respetar al paciente y proporcionarle un setting de confianza y empatía”, explica el profesional.
3 principales motivos para comenzar una terapia
– Resolver aspectos de la personalidad: Existen aspectos de la personalidad que a algunas personas les generan ruido en su vida cotidiana, con ellos mismos o en el vínculo con otros, generándoles problemas a nivel social y laboral, impidiéndoles desenvolverse de manera normal.
– Resolver temáticas del pasado: Las personas sienten la necesidad de tratar temas que arrastran de la infancia para poder desarrollar una vida adulta plena, motivación que los hace atreverse a buscar ayuda y resolverlas.
– Situaciones reactivas propias de la vida: Las situaciones reactivas como un duelo por fallecimiento de un familiar, quiebres o conflictos de pareja, cambios laborales o adaptaciones a nuevas realidades, pueden traer consecuencias a nivel psicológico que es bueno tratar.
¿Cuáles son los cambios que genera una terapia?
Los primeros cambios que una persona puede percibir a medida que avanza la terapia psicológica, se pueden reflejar a través de una sensación de alivio, “se sienten sin una carga de angustia o emocional, al poder comprobar que los cambios planteados tienen el efecto esperado, los síntomas disminuyen. En general el paciente logra una estabilidad y sensación de armonía, que no tenía antes de comenzar. El humor es una de las primeras señales de bienestar, cuando aparece, es una señal de resultados positivos”, indicó el experto.
Etapas de una terapia sicológica
-Etapa de exploración del motivo de consulta, el cual no necesariamente es el explícito.
–Búsqueda de soluciones: en esta etapa se buscan las posibles soluciones, lineamientos o hipótesis, determinando cómo se va a trabajar el motivo de consulta o la problemática identificada.
–Seguimiento y desarrollo con indicaciones: se asignan tareas, se identifican avances y se entregan tips para trabajar con el paciente para comenzar a resolver su problemática.
–Cierre o alta: en esta etapa el paciente ha logrado vivir con los recursos aprendidos o ha comprendido, aceptado o resuelto su motivo de consulta. Esta fase es de remisión y de estabilidad.
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