El cliché apunta a que Shakira no es la misma que debutó en Chile en los albores de los 90 y que también está muy lejos de la estrella aún en ascenso global que vino en 2006, en su última vez en el país. Pero hay una comparación aún más inmediata: hoy ni siquiera es la misma que cerró 2010. A mediados de enero, la colombiana oficializó en un comunicado su ruptura con su representante y novio durante 11 años, Antonio de la Rúa, e inauguró un período de aislamiento del ojo público que sólo concluyó la semana pasada, cuando un puñado de fotos confirmaron su relación con el futbolista Gerard Piqué.
De hecho, la agenda de su nuevo paso por Sudamérica -a través del evento itinerante The Pop Festival, y que comenzó este martes 1 en Salta, Argentina- está cruzada por su efervescente contingencia personal: no ha realizado entrevistas con los medios y ha evitado las citas con la prensa. Por eso, su arribo a Chile, para el recital que dará el próximo 10 de marzo en el Estadio Nacional y que inaugura el período 2011 de megaeventos en el país, será rápido, puntual y, según los planes que se manejan hasta ahora, sin grandes actividades públicas. La cantante llega el miércoles 9, pasado el mediodía, en un vuelo privado desde Asunción, su escala previa a la capital. Se alojará en la suite presidencial del hotel Ritz-Carlton y viene acompañada de un equipo de 50 personas. Entre ellos figuran su banda de seis músicos y la presencia del propio De la Rúa, como mánager.
Por ahora se maneja la opción de una eventual conferencia de prensa, aunque aún no hay una respuesta concreta de la intérprete. También se tantea la alternativa de una cita con el Presidente Sebastián Piñera en La Moneda (tal como en 2006 lo hizo con Bachelet), pero aún no hay horarios ni fechas cerradas. Otra cita que por estos días también está en carpeta es la visita de la alcaldesa Virginia Reginato, quien públicamente ha postulado a la colombiana una y otra vez para el Festival de Viña.
Lo que sí está acordado es una reunión privada, sin presencia de los medios, con ejecutivos de la empresa de perfumería Puig, la firma que fabricó su fragancia S, estrenada en todo el mundo durante 2010. En la actividad, que se hará el jueves 10 en el mismo hotel capitalino, Shakira participará de una suerte de relanzamiento privado del producto junto a clientes de la empresa. Para el mismo 10 también está acordada su prueba de sonido en Ñuñoa. Tras su concierto, partirá rumbo a Bogotá.
Si su agenda personal está cubierta por el hermetismo, el trabajo de su staff ya tiene terreno avanzado. El montaje de su escenario comenzará este domingo 6 y contempla 100 toneladas de equipo, 200 luces móviles y tres pantallas (una central de 12 por 7 metros, y dos laterales de 7 por 5). Sus peticiones están lejos de la extravagancia. Para su camarín pidió bandejas con surtidos de papayas de Hawai, bananas, sandías, pasas y frambuesas. La pieza también debe tener 12 bebidas de bajas calorías, 30 botellas de agua natural, té de distintos sabores y soda. Además, solicitó habilitar otros dos espacios privados en el recinto: uno para ejercitar su voz antes del show y otro para dejar su vestuario.
Finalmente, su equipo ya envió a los organizadores locales el listado de canciones del concierto: serán 23 temas repartidos en cerca de 90 minutos. El set parte con Pienso en ti, incluye una versión de inspiración árabe de Nothing else matters, de Metallica, y termina con Waka waka, donde algunos fans, elegidos por un concurso, se subirán a bailar con la cantante. Bajo el escenario, habrá stands relativos a productos tecnológicos.
Según los promotores del concierto -que también tendrá a Vicentico, Train, Ziggy Marley y Francisca Valenzuela en el cartel (ver horarios)- ya se han vendido 40 mil de los 55 mil boletos disponibles. Entradas en Feriaticket.
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