Uno de los efectos más molestos de un resfrío o gripe es la tos. En muchos casos, los pacientes recurren a jarabes que alivien este síntoma; no obstante, muchos de ellos comenten errores básicos en el suministro de éstos que generan riesgos innecesarios por la imprecisión en las dosis que se ingieren.
“En primer lugar, muchos pacientes compran jarabes para la tos sin tener conocimiento del tipo de tos que tienen y si el medicamento es efectivo para ésta. Además, generalmente los suministran con cucharas de café o soperas, sin usar las mediciones que vienen incorporadas en los fármacos, generando un problema extra para la efectividad del tratamiento”, explica Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.
De hecho, según un estudio de la Universidad Cornell (EE.UU.), la utilización de las mediciones como jeringas o vasos de medición, reduciría en un 50% el riesgo de equivocarse en las dosis de estos medicamentos. Además, se señala que la utilización de cucharas puede resultar peligrosa, considerando que las dosis suministradas con una cuchara de café, pueden entregar un 8,4% menos de la cantidad recetada. Por su parte, la utilización de cucharas soperas entregaría casi un 12% más de la dosis recomendada.
Para Molina, este es uno de los principales errores en este tipo de tratamientos. “Sabemos que el jarabe para la tos es uno de los medicamentos que podría generar más riesgos en dosis equivocadas, principalmente aquellos que contienen codeína”, señala. De acuerdo al mismo estudio, el margen entre una dosis que produzca los efectos deseados y otra que provoque toxicidad –denominado como margen terapéutico- varía considerablemente según la cantidad suministrada.
“Su margen terapéutico es limitado y hasta un 10% de dosis errónea puede causar efectos respiratorios graves”, indica la especialista. Ya en 2012 la Agencia de medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) y el Comité de Riesgos en Farmacovigilancia de la Agencia Europea de Medicamentos comenzaron a advertir que el abuso o exceso de este fármaco podría desarrollar efectos adversos graves como depresión respiratoria o la muerte, principalmente en niños menores de 12 años.
Por esta razón y, sobre todo si se trata de una tos persistente, el paciente debe consultar con un especialista para el tratamiento adecuado y seguir las indicaciones de suministro al pie de la letra. “Las indicaciones médicas y las mediciones que incluyen los fármacos no son un suvenir que viene con éstos. Es fundamental, sobre todo en tratamientos pediátricos, seguir estrictamente las indicaciones para no provocar daños que pueden ser irreparables”, finaliza Molina.
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