El proyecto de ley contra la violencia educacional (o Ley Anti-Nalgadas), fue aprobado por la Comisión de Leyes del Senado en Francia, para así prohibir todas las formas de violencia para la educación de los niños.
El secretario del Estado para la protección de la infancia, Adrien Taquet, comentó que “las palizas, los azotes, son estigmas que el niño tendrá que llevar toda su vida”. Y agrega que “nada es más falso que la idea de que la violencia educativa común forjará el carácter” de los más pequeños.
Junto al país francés, son 55 las naciones que han decido prohibir la violencia educativa, desde Suecia en 1979 hasta Kosovo la semana pasada, y Francia hace solo unos días.
¿De qué trata la ley?
El texto que fue propuesto por la diputada centrista Maud Petit, consta de tres artículos:
– Primer artículo: En el momento en que una pareja se una en matrimonio, se especificará en la definición de la autoridad parental del artículo 371 del Código Civil francés, que la autoridad de los padres “se ejerce sin violencia física ni psicológica”.
– Segundo artículo: Incluye en el Código de Acción Social y de la Familia que “la prevención de las violencias educativas ordinarias”, y así forma una obligación de formación para las personas que tenga niños a su cargo.
– Tercer artículo: El gobierno deberá presentar más adelante un informe sobre la situación de los niños y así evaluar “las necesidades y los medios necesarios para reforzar la política de sensibilización, apoyo y asistencia a los padres y la formación de los profesionales afectados”.
¿Sanción penal?
Esta ley no incluye ninguna sanción penal, ya que el maltrato a menores ya es castigado hasta con penas de 20 años de prisión. Sin embargo, sigue siendo de vital importancia, porque marca el fin del derecho de corrección que viene desde el siglo XIX. Por las críticas que recibió el texto, la diputada Petit defendió su creación: “Me dicen que es sólo un texto simbólico, porque es educativo. Pero yo creo por el contrario que estamos en los albores de un enorme trabajo para explicar a los padres cómo educar a sus hijos sin humillarlos ni violentarlos”.
¿Seguirá el maltrato?
El médico Gilles Lazimi, coordinador de campañas contra las violencias educativas ordinarias, expresa su felicidad y dice que: “Ya no podremos hacer creer a la gente que golpear a un niño es educación, cuando pone potencialmente en peligro su salud y su desarrollo”.
Pero, aquellos que están en contra de penalizar todo tipo de violencia, piensan que esta ordenanza trataría de una intrusión a sus vidas personales y privadas.
Al parecer, no todos los franceses están convencidos de que una reto o una nalgada vaya a traumatizar a un niño de por vida.
Myriam Bendriss, vocera de la Fundación para la Infancia piensa que a pesar de que se haya podido reducir el castigo físico, ahora se incluye el tema de la “violencia psicológica y moral: minimización de emociones, amenazas, pellizcos, vergüenza, chantaje”.
La misma fundación asegura que “el 85% de los padres dice que todavía usan el castigo corporal o el abuso verbal”.
Las consecuencias de las nalgadas o los gritos, son común debate entre los padres, profesionales de salud y la sociedad en general.
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