Alimentarse como máximo a las 21.00 horas y evitar alimentos de alto contenido graso por las noches, permite un control adecuado del peso, según especialista.
Siempre se está buscando la instancia de evitar subir esos kilos poco amigables que afectan la salud. Y uno de los factores a considerar para controlar el peso es la comida de noche.
Efectivamente, según explica Marcela Giacometto, directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, cenar temprano favorece el control de peso. “Cenar y acostarse o comer en la cama, implica un reposo que disminuye el gasto energético, aumentando las reservas en forma de masa grasa”.
A esto se suma, dice la nutricionista, que cenar temprano ayuda a tener un mejor dormir logrando un sueño reparador. Según la especialista, el horario ideal depende de las actividades diarias, sin embargo se debe considerar que no exceda más allá de cuatro a cinco horas desde la comida anterior. Y la última comida como máximo a las 21.00 horas, si las actividades terminan una hora más tarde.
“Esto es aplicable a todas las edades (niños, adolescentes adultos y adultos mayores), ya que sus horarios se ajustan a las actividades propias de cada grupo etáreo, siendo fundamental promover la realización de la cena en todas las edades”, dice.
Idea de menú…
La nutricionista recomienda para la cena, consumir un alimento proteico de alto valor biológico, es decir carne, pollo o pescado (incluido el atún al agua), huevos (cocidos o en guiso de verduras), acompañados de una porción pequeña de cereal (arroz, papas o fideos) y ensaladas (crudas y cocidas de diferentes colores). “En esta época de frío una buena forma de incluir verduras es a través de cremas o sopas de verduras naturales”, destaca.
Sugiere, además, frutas naturales de postre y evitar alimentos de alto contenido graso, frituras, excesivamente condimentados y en cantidades abundantes.
“Recuerde, si el objetivo es controlar el peso, es importante que la cena sea menos abundante que el almuerzo”, concluye Marcela Giacometto.
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