Si la cantidad de veces que logras disfrutar en la intimidad con tu hombre se ha convertido en un tema de discusión, por las pocas o excesivas veces que se encuentran en el plano privado, entonces deberás leer los consejos de la psicóloga especialista terapia de parejas, Andrea Gómez.
Si eres de aquellas que piensa que tu intimidad sexual escapa de los rangos normales que cuentan tus amigas o cercanas, lo cierto es que estás en un error. No existe un concepto de normalidad al referirse a las relaciones amorosas, pues tal como explica Andrea Gómez, psicóloga clínica de Psicomédica, experta en parejas, “cada pareja es un mundo en sí misma”, por lo cual es más saludable buscar un punto de satisfacción con el que ambas partes estén cómodas y no regirse por otros parámetros.
Si bien el tema en las últimas décadas se ha vuelto en conflicto de pareja cada vez más común, según la experta, es la mujer la que está más distraída en cuanto al sexo que el hombre, “miles de cosas ocupan nuestra cabeza donde también reside nuestra vida sexual. Es nuestra mente la que se ocupa de mantenernos conectadas con el sexo y cuando la llenamos de preocupaciones, trabajo pendiente, responsabilidades de los niños, cuentas, temas domésticos…simplemente no queda espacio para pensar en sexo, para fantasear, para desear”. Muchas parejas, por buscar un nivel óptimo o normal en la cama, presionan el curso de la relación y con ello sólo logran cargar al sexo de ansiedad tratando de calzar dentro de lo que socialmente se ha establecido externamente como normal, respondiendo más a un “deber” que a una excitación personal.
El superar esta complicación íntima pasa, primero que nada, por afrontar el problema de a dos y no con la intromisión de terceros. “Aquel que siente un malestar relacionado con la frecuencia, debiera plantearlo a su pareja asertivamente”. El enfrentarlo, es vital hacerlo con mucho respeto para no dañar a la otra persona y cuando ambos asuman como válida la insatisfacción, entonces pueden coordinarse en la búsqueda de soluciones.
¡ATENCION CON LOS CAMBIOS DE ANIMO!
El sexo es una actividad que genera placer, disfrute y relajo, incluso los orgasmos dan una sensación de “felicidad”. Cuando una persona tiene cierta frecuencia sexual por un tiempo largo y de pronto ésta disminuye, el cuerpo “extraña”, el hábito de placer que la práctica sexual le daba.
Por otro lado, el sexo dentro de una pareja es una de las manifestaciones de intimidad emocional y afecto más importante por lo que cuando se ve interferida o disminuida la persona podría sentirse menos atractiva, menos deseada, menos querida. Esto indudablemente puede afectarla /lo anímicamente.
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