Karla Rubilar vive su mundo entre su labor como diputada y la maternidad de sus cuatro hijos. Pero a diferencia de la mayoría de las mujeres, Karla tuvo la posibilidad de conjugar ambos mundos.
“Lejos, la maternidad ha sido el regalo más grande que Dios me ha dado, ha sido una experiencia maravillosa. Cuando tienes un hijo tienes una sensación de estar completa , por el hecho de tener una responsabilidad, incluso de trascendencia… es un tema muy relevante para mi. La verdad es que me siento muy completa desde que soy mamá.
A mis tres hijos más chicos los tuve siendo parlamentaria y la verdad es que yo he tenido una experiencia maravillosa porque este trabajo me ha permitido trabajar con mis hijos, una posibilidad que no todas las mujeres tienen. Yo he traído a todos mis hijos al Congreso, ellos han tenido lactancia exclusiva hasta los seis meses. Además, si tengo actividades fuera los llevo, la verdad es que he podido disfrutarlos a concho, no me he perdido ningún momento gracias a la posibilidad que he tenido de tenerles una oficina acondicionada en el trabajo y una persona que los cuide. En cambio con mi hijo mayor yo estaba estudiando medicina, y tenia turnos y trabajaba mucho, la verdad es que lo vi poquito, hubo épocas en que me lo perdí.
Pero cuando tuve a mis otros tres hijos y asumí este trabajo me dije a mi misma que no me podía perder mas cosas y eso fue maravilloso porque he estado con ellos en todos los momentos importantes, desde los primeros pasos, los primeros dientes y palabras.
Obvio que lo más difícil ha sido cuando los niños pasan al colegio. Ahí uno empieza a verlos menos, porque en esta pega uno no tiene ni sábado ni domingo y si uno no se da las instancias, te puede consumir. Pero con el marido que tengo, que es maravilloso, y un cable a tierra para mi, siempre me recuerda que lo que yo puedo lograr en este trabajo es bueno y maravilloso en la medida en que podamos mantener lo más maravilloso que tenemos que es nuestra familia.
La verdad es que en este momento la política me ha permitido ser más mamá que antes, porque cuando fui madre por primera vez era estudiante y ahí fue difícil y duro. Yo me perdí cosas de mi hijo mayor y eso me hizo ver que en este trabajo que tenía cierta flexibilidad y ciertas posibilidades, las tenía que aprovechar a concho y vivir la posibilidad a full”.
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