Cuando tenemos amigos y familiares con problemas alimenticios cómo la anorexia y la bulimia, muchas veces no sabemos cómo ayudarlos. Podemos incluso cometer errores que agraven la situación. Entérate que es lo que pasa con las relaciones de estas personas que tienen su identidad alterada debido a estas enfermedades.
Los trastornos alimenticios son parte de nuestra sociedad, que cada vez está más marcada por los estereotipos y también por la vida sedentaria, en la que se prioriza la comida rápida.
Muchas veces las personas que están alrededor de estas personas que sufren de anorexia o bulimia, se desesperan, pues no saben cómo ayudarlos. Como sabemos que la situación es complicada, pues las relaciones interpersonales de estas personas sufren alteraciones debido a los cambios de ánimos y depresión que puede afectar al paciente, quisimos conversar con un experto para guiarte.
Aislamiento y relaciones sociales
Cuando queremos y nos preocupamos por alguien que tiene estos problemas, realmente queremos ayudarlos. Constanza Zúñiga, Psicóloga de Clínica Avansalud, nos habló acerca de las relaciones que tienen las personas que sufren estas enfermedades: “Las relaciones de estos pacientes, por lo general son de utilización, ellos buscan una ganancia secundaria. Lo que no es visto desde la otra perspectiva, es decir desde la persona que quiere al paciente con un trastorno alimenticio. El familiar o amigo que tiene una persona cercana con trastornos alimenticios va a tener un interés constante y permanente, estableciendo un relación íntima por cariño, porque siente una necesidad vincular”.
La experta explica que sus relaciones son de “utilización”, pues les sirven para buscar cosas concretas como cumplir un rol social. No necesariamente porque se quieran involucrar con alguien por cariño y amistad.
“Suelen ser relaciones interpersonales inestables. Se ponen a veces violentas porque el entorno realmente se preocupa de ellas y no necesitan eso. Reaccionan frente a esto con agresión. Las personas que se preocupan se transforman en un enemigo“, comenta la psicóloga.
Es por esto que muchas veces las personas que sufren de enfermedades como la anorexia y la bulimia se aíslan, ya sea de manera consciente o inconsciente.
“La persona lleva mal la enfermedad cuando interfiere en las cosas que tiene que hacer, por ejemplo en su trabajado o en su vida de madre. Si ya no tiene las actividades sociales que alguna vez tuvo, es otra de las alarmas para ayudarla”, dice la psicóloga respecto a las señales adicionales con las que se pueden detectar que esta persona necesita ayuda.
Recomendaciones de la experta
En ocasiones, al querer ayudar podemos perjudicar la situación. “En el caso de la anorexia no hagamos que coman para demostrar cuánto nos quieren, porque así se generan conflictos de lealtad para el paciente. El paciente trata muchas veces de sacar adelante esta enfermedad y les resulta complicado tener que hacer algo que le cuesta para demostrar cariño”, comenta Zúñiga en base a su experiencia.
Se debe generar una estrategia para que la persona sea atendida por los profesionales que sean necesarios según el caso. Si el paciente muestra una negativa para recibir ayuda, hay que acudir a su familia o al círculo de amigos cercano.
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