No, no, no… por Carolina Carmine

Estoy de vuelta y los meses pasaron tan rápido que hace unas semanas figuraba celebrando el primer  año de Emilio. Así es, Baby Ninja ya tiene un año y es un niño feliz, de risa fácil, muy curioso y que lo pasa genial todo el día.

Pero el problema es otro y es que el pobre escucha la palabra NO prácticamente todo el día desde ya un par de meses. Exagero, no es todo el día, pero si gran parte. NO abras los cajones, NO juegues en el enchufe, NO vayas para la cocina, NO chupes el piso, NO que te apretarás los dedos, NO que eso se quiebra, NO eso no se hace y así la lista sigue. Pero por lo visto estamos en la etapa del NO la que es muy normal en niños de su edad, es que todo es nuevo para él, sobre todo ahora que camina le cambió el mundo.

Todo lo quiere, todo lo toma, la curiosidad es parte de los pequeños y ellos aún no saben de peligros. Hace unos días leía un artículo donde explicaban la importancia del no y cómo manejarlo.

Por ejemplo decían que el niño debe entender que el No de un adulto es por su seguridad, que al decir un No debemos mantenerlo hasta el final y así otras cosas que las encontré todos lógicas y que sin duda ayudarían a formar un niño, pero llevarlas a la práctica es muuuuyyy difícil. Pero en esas estamos, tratando de educar y mantenernos firmes, pero Emilio también es muy pillo. Si no es la pataleta y llanto falso, se hace el leso,  te mira con cara de travieso y te hace con su dedito y cabeza moviéndolos de un lado a otro, no, no, no…. Y nosotros sólo lo miramos con amor, tratando de no reírnos.

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