Benmayor, Bororo y Pinto D’Aguiar realizan muestra tributo a Pablo Domínguez

Parecía increíble que luego de veinte años de amistad, de jornadas maratónicas de pintura, comida y bebida, los artistas Samy Benmayor, Carlos Maturana (Bororo), Matías Pinto D’Aguiar y Pablo Domínguez nunca hubiesen expuesto juntos. La hazaña se logró al fin en 2004, cuando Rodrigo Fernández, dueño de la Galería Trece, los invitó a inaugurar su sede en Nueva Costanera con la exposición Pintores en su tinta, que se transformó rápidamente en un hito dentro de la plástica nacional. Por primera vez se reunían las obras de los cuatro amigos inseparables y compañeros de generación, que a fines de los 80 reivindicaron el rol de la pintura, en una escena dominada por el arte conceptual, la performance y la instalación. Sería la última vez.

Cuatro años después, en noviembre de 2008, Pablo Domínguez, el más joven, risueño y bohemio de los cuatro, murió de cáncer al riñón, a los 46 años. La noticia tomó por sorpresa a todos. “Nunca nos contó, nos enteramos solo un mes antes de su muerte de lo mal que estaba. Vivió sus últimos días, bromeando como siempre”, recuerda Fernández.

Ahora, a tres años de su partida, Bororo, Benmayor y Pinto D’Aguiar vuelven a reunirse para recordar a su amigo. Lo harán en la nueva sede de Galería Trece, que se inaugura el 26 de mayo, en el corazón de barrio Italia, ubicada entre las calles Tegualda y Girardi, justamente donde los artistas tienen sus talleres hace ya varios años.

La muestra reúne una decena de piezas nuevas de los tres pintores, además de algunos cuadros antiguos de Domínguez. “De los cuadros que he pintado en los últimos años, estos son mis favoritos. No encuentro mejor homenaje a mi amigo que exponer las pinturas que más me gustan, que más me llenan”, dice Bororo, quien muestra tres cuadros de gran formato, con sus clásicas pinceladas chorreantes y líneas negras que acentúan la escena.

Benmayor trabajó en una serie de cuatro obras abstractas dominadas por el azul eléctrico y Pinto D’Aguiar, unos paisajes entre oníricos y bucólicos, donde el ícono del caballo vuelve a estar presente. “A los cuatro nos interesa el paisaje, el cielo y los árboles. Se nota la ausencia de Pablo y el humor tonto que tenía”, dice Pinto D’Aguiar. También participan en la muestra los hijos de Domínguez y la artista Paula Zegers: Daniela (17), Samuel (15) y Paula (11), quienes parecen decididos a seguir el camino artístico de sus padres y que en la muestra expondrán obras en papel, pinturas y grabados.

El nuevo centro del arte

En los últimos cinco años, el barrio Italia se ha convertido en el sector de moda en Santiago. Las tradicionales casas de fachada continua se han llenado de tiendas de diseño, cafés y restaurantes gourmet, que sumado al paseo de los anticuarios de calle Caupolicán repotenciaron el lugar como uno de los puntos neurálgicos del arte y el diseño. Así, en 2008, el dueño de la empresa maderera Polincay y amante del arte, Rodrigo Fernández cerró su galería en el exclusivo sector de Alonso de Córdova para abrir una nueva en calle Tegualda 1483, en lo que fue hasta hace unos años una distribuidora de gas. “Queríamos renovarnos, acceder a un público más joven y estar más cerca de los artistas. Entonces, pensamos; qué mejor que el barrio Italia, que algunos ya lo comparan con el Palermo Soho de Argentina”, cuenta Fernández. No se equivocó.

Además de Bororo, Benmayor y Pinto D’Aguiar, otros artistas como Arturo Duclos, Gonzalo Díaz, Paz Lira y Felipe Cusicanqui, tienen sus talleres a solo pasos de la nueva galería. La idea de Fernández es mezclar a los artistas consagrados que siempre han trabajado con él, como José Balmes, Bororo, Gracia Barros y Ulrich Wells con artistas emergentes. “Este es un barrio lleno de vida y arte. Queremos que los artistas se encuentren, hagan proyectos y los muestren en la galería. Por eso quisimos empezar con este homenaje que retrata a un grupo de amigos unidos por el arte más allá de la muerte”, remata Fernández.