Este edificio es la casa matriz del grupo Transoceánica en Vitacura y fue un encargo especial que se le hizo a la oficina +Arquitectos. Conversamos con Alex Brahm y Marcelo Letruria, quienes nos explicaron del modo más concreto los pilares de esta obra sustentable, que aplica criterios transversales de ahorro de energía.
En primer lugar, el diseño vino determinado, es decir los mandantes del proyecto en una primera instancia encargaron un máster plan a la oficina Krause Bohne Gmbn, en Alemania. Desde allí se estableció en términos generales el uso del suelo y el modelo del edificio, las curvas y por cierto el lineamiento sustentable.
La oficina +Arquitectos recibió el proyecto de esta manera, con ciertas ‘condiciones’, pero la principal era respetar el diseño y considerar la eficiencia energética.
La superficie del terreno es de 20.000 m2 y la construida es de 17.00 m2
De estas bases surge la construcción que hoy ya está ocupada por 150 personas, y que se levanta en tres niveles más subterráneos, cafetería, anfiteatro y jardines, con un paisajismo desarrollado por Juan Grimm. Según explican los arquitectos, se puede entender cómo actúa la eficiencia al dividirlo en: la implementación de sistemas pasivos, sistemas activos y el uso de energías renovables.
Los sistemas pasivos incluyen el emplazamiento del edificio, la orientación, los sistemas de regulación de control solar, uso de luz natural, materiales renovables, especies vegetales propias de la zona, aislación, fachadas, análisis de puentes térmicos, todo esto con el fin de reducir la cantidad de energía que la construcción utiliza. Cada una de estas decisiones busca limitar el consumo de diversos recursos, desde la electricidad hasta el agua y, por el contrario, optimizar los recursos utilizados. Según explica Alex Brahm, el ahorro de energía se piensa como el mejor modo de sacar partido a las cualidades de diseño, constructivas y materiales, es decir explotar al máximo las cualidades constructivas y del edificio en sí mismo. Es así como se busca aprovechar las horas de luz natural, lo mismo que las temperaturas exteriores, y con esto la reducción del uso de energía se visualiza de manera previa al crear los sistemas técnicos.
De esta manera es que, por ejemplo, se pensó el modelo de fachadas en capas de cristal DVH, un sistema de toldos automatizados y una piel de quiebra vistas en madera, todo lo anterior considerando proteger del calor y aprovecharlo, proveer iluminación al mismo tiempo que privacidad. Esto, además de proporcionar ahorro energético por el uso de recursos formales, logra un alto bienestar en las personas que usan el edificio. Luz natural vs. artificial, climatización vs. aire acondicionado, e incluso adecuadas soluciones acústicas interiores gracias a los revestimientos seleccionados.
“Otra de las cualidades de uso de energía renovable de este edificio es que se incorporó la geotermia a través de la extracción de agua de un pozo, la que se usa para enfriar el aire y capilares que luego es infiltrada y utilizada para riego”.
Por otro lado, los sistemas activos son el equipamiento técnico de iluminación artificial. En este sentido resulta ejemplificador el sistema de iluminación indirecta digital. Además, el enfriamiento o calentamiento de la calefacción proviene de un sistema de capilares de polipropileno, de fabricación alemana, que actúa calentando o enfriando las superficies de muros, cielos y suelo, y no emitiendo aire frío o caliente, reduciendo así la exigencia de aumentar o disminuir la temperatura del aire.
Cada uno de estos sistemas a su vez es monitoreado y se estima que de aquí a tres años se debe tener una evaluación específica que permitiría ajustar cualquier desacople y así dejar este edificio funcionando en su máxima capacidad de eficiencia y aprovechamiento de sus cualidades constructivas así como de los materiales que se han escogido. Se estima que el rendimiento, luego del monitoreo y perfeccionamiento del sistema, aumentaría en un 20%.
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