Julieta casi en paro

Por Biut y Agencias

Me pregunto qué diría mi amiga Julieta sobre el gran caos que hay en el sistema educativo de nuestro país. Qué diría de la necesidad que tienen muchos estudiantes por ver la renuncia de Lavín. Qué diría si le contara que tendrá más de un mes sin clases, y que muchos de esos libres días los pasará en la universidad, en toma, luchando por lo que cree justo. ¿Lucharía?

Mientras yo me hacía todas estas preguntas, se me ocurrió llamarla por teléfono, y preguntarle directamente cuál era su parada frente al tema. La mía, es clara. Los apoyo. Aunque ya dejé mi etapa pingüina y universitaria hace rato, hay un Che Guevara dentro de mí que busca revelarse. Hace rato.

Bueno, mientras yo hacía este diagnóstico, me contestó. En qué andai galla… Me dijo. Sabes qué, le comenté yo, quería hacerte una pregunta. ¿Tú crees que los jóvenes están muy locos? ¿Tú crees que están perdidos? O, ¿crees que tienen una fuerza interior que los va a llevar a lograr más incluso de lo que ellos piensan?

Desde el otro lado del rosado celular que tenía en mi oído, no escuché nada. Por unos segundos, parecía que estaba hablando sola. Que todas las discusiones intelectuales que me había hecho, se quedarían así, sólo para mí. Pero, tras  pasar un rato, la escuché respirar. Julieta, ¿estás ahí?.
Sí, me dijo. Sí, y sabes qué. Creo que los pingüinos no son tan inmaduros como los tildan, y que los universitarios, han logrado organizarse mucho más de lo que muchos quisieran. Me sorprendió. Julieta es bastante conservadora, nunca pensé que estuviera de acuerdo con una marcha. Pero, la conozco, pasaron cinco minutos y empezó…

 Y ¿si vamos a una marcha? Podríamos ir, pero, serán abortivos realmente las bombas lacrimógenas que reprimen a los que alzan sus voces. ¡Me muero!, exclamó. ¡Ah!, y tengo otro pero… Se han dado cuenta la lata que  te puede producir una mina como la Camila Vallejos, linda, simpática como dicen muchos, y capa. Sí, súper capa. Porque, reconociendo que es un gran movimiento el que tiene detrás de ella, la maldita (no puedo referirme a ella con otro nombre, porque eso es lo que produce la envidia sana), es inteligente.

¡Las tiene todas! ¡Qué se hace frente a eso! Uff. Esto de la educación no es tan simple. Pero, Julieta me dio su punto importante. Porque, por lo mucho que la conozco sé que nunca se iría a meter a una marcha, y agradezco que la mayoría de los jóvenes no sean tan quisquillosos como ella, la J me dijo: ¿no crees que el gran mérito de los que hoy se movilizan es que saben realmente el por qué lo están haciendo? Y que si hace frío siguen congelados, pero con un proyecto por delante durmiendo en las incomodidades de una universidad. A veces es fácil pensar que los cabros están locos, pero al menos puedo decir, que son, como dicen por ahí, unos locos lindos. 

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