Todas tenemos algún rito de Año Nuevo que ponemos en práctica justo a las doce de la noche. Es que las cábalas se han convertido en toda una tradición, que realizamos con la esperanza de que el ciclo que comienza sea más próspero y mejor que el anterior.
Las famosas también tienen los suyos. Y así como Raquel Argandoña contó en Bienvenidos que su gran ritual era tomar una maleta y subirse a una silla, para viajar, otras celebridades también tienen sus secretitos.
Conversamos sobre esto con Eugenia Lemos, Daniela Urrizola, Yamila Reyna y Vale Ortega. Revisa a continuación las cábalas de cada una para recibir el 2018 de la mejor manera.
Plata en el zapato
Daniela Urrizola dice que jamás ha dejado de hacer la cábala de la maleta.
“Desde que lo hago viajo mínimo tres veces al año”, comenta, agregando que “hay que hacerlo donde uno esté y salir a darse una vuelta”.
Sin embargo, el rito más llamativo es uno que usa para tener dinero. “Hay que poner billetes en la planta del zapato, y pasar las doce así”, revela.
Eso sí, Urrizola advierte no olvidar que el dinero está allí. “Sobre todo si estás con chalas y sales a bailar, porque ahí adiós billete”, señala.
Siempre ropa nueva
Yamila Reyna asegura que no es de realizar muchas cábalas de Año Nuevo. Sin embargo, para recibir el 2018, pondrá en práctica el único que jamás le falla.
“Estreno siempre un calzón nuevo, ojalá de color rosa. Y si no alcancé a comprar rosa, de cualquier color”, indica.
De hecho, lo importante es tener una prenda nueva. “Para mi es como los cumpleaños, estrenar significa abundancia para el próximo año”, concluye.
Uvas por la abuelita
Eugenia Lemos afirma que hay una cábala que siempre repite y que ya se ha convertido en una tradición familiar.
“Mi abuelita siempre nos enseñó a comer doce pasas de uva a las doce de la noche”, revela.
La animadora de Glamorama comenta que “se come una por cada mes del año y se piden deseos”, agregando que además ella “visualiza y proyecta su nuevo año”.
Escribir los deseos
Lo que le pasó a Valeria Ortega hace algunos años hizo que nunca dejara de lado una simple tradición.
“Hubo un año en que se me ocurrió escribir mis objetivos para el año que venía, y también quemar aquellas cosas que no quería”, cuenta.
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La periodista confiesa que “ese año escribí comprarme un departamento. Y lo guardé”. Sin embargo, un día, mientras ordenaba las cosas para cambiarse a su nueva casa, lo encontró.
“Me di cuenta que se estaba cumpliendo, justo lo que había escrito. De ahí en adelante lo hago siempre, porque funciona”, finaliza.
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