El pasado cuatro de marzo se cumplió un año desde que Karen Bejarano debió enfrentar uno de los hechos más dolorosos de su vida: la filtración de varias fotos íntimas que se esparcieron rápidamente por toda la web.
La hoy panelista de TVN sigue peleando por encontrar a los culpables, con una investigación en curso y viviendo las consecuencias que aún quedan de un proceso difícil que no sólo la afectó a ella, sino también a su familia.
“No sé en qué momento esto va a quedar como una anécdota”, nos comentó al ser consultada por el hecho, en días donde proteger a las mujeres de éste y otros delitos se hace más que fundamental.
Por eso, Karen dice que “yo decidí no callar. Fui al Ministerio de la Mujer, conté mi experiencia. Y pienso que todos tenemos que alzar la voz”, agregando que “recibí muchas historias de mujeres que les había pasado lo mismo, en sus lugares de trabajo, colegios. Y uno dice ‘pucha, no soy la única’. Hay muchas a las que se les ha vulnerado su privacidad”.
Lo peor para la ex Mekano es que “lamentablemente, las personas que lo hicieron siguen libres, no tienen culpabilidad para la justicia en nuestro país. Ahí hay un gran vacío, donde nosotras, las mismas mujeres, somos las encargadas de llenarlo”.
Junto con esto, Karen pide que “los políticos empiecen a legislar a favor de este tipo de violaciones a la intimidad. A un hombre lo pueden vulnerar igual que a mí, pero no va a tener la misma repercusión. Acá hay mujeres que incluso se han quitado la vida por un tema así, una exhibición tan grande y masiva como me ocurrió a mí”.
A un año de este hecho, ¿cómo te sientes hoy?
Mira, yo sigo con la investigación y mi tratamiento psicológico todavía sigue. Fue tremendo, la verdad. Yo estuve ocho meses encerrada en mi casa, pero dije no puedo seguir así, tengo que ser capaz de salir a la calle.
¿Qué fue lo peor para ti?
Para mí todo fue súper trágico, implicó muchos cambios. Hasta hoy me cuesta mucho hablar de eso. Incluso me tocó ver comentarios súper fuertes de parte precisamente de mujeres. Sin embargo, al final siento que salí fortalecida de esto. Creo mucho en Dios y en que su plan es perfecto, por eso pienso que si me tocó vivir esto a mí, que soy una persona conocida, es por algo, porque puedo entregar un mensaje.
¿Y cuál sería tu mensaje, Karen?
Que las mujeres no podemos sentirnos vulneradas constantemente y dejarlo pasar, normalizarlo. Tenemos que tener claro cuáles son nuestros límites y cuáles son las cosas que nos gustan y nos molestan.
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