Dice que para ella darle pecho a su guagua “fue maravilloso”. Cata Edwards comentó a Biut algunas de sus impresiones respecto a la lactancia, en días donde se celebra la semana mundial de esta práctica.
“El mejor consejo que podría darles a las mamás que tienen que vivir este proceso es que ojalá hablen con mujeres amantes de la lactancia. Hay muchas a las que no les gusta y yo lo entiendo. A veces es súper pesado y uno quiere un poco más de libertad, pero cuando uno habla con esa gente puede encontrar todo malo. En cambio, cuando se habla con gente a la que le gusta o que conoce los beneficios, uno se entusiasma”, indicó la periodista.
¿Tú hablaste con alguien que te guiara en el proceso?
Sí, en algún minuto estaba muy agotada y hablé con la gente del Círculo de la Leche, y ellas me ayudaron. Fueron súper amorosas y me sentí muy acogida.
Cata cuenta además que, mientras le daba papa a su retoño, le tocó experimentar uno de los problemas más dolorosos: la temida mastitis.
“Cuando mis pechugas se comenzaron a inflamar, la recomendación de mi ginecóloga fue que me pusiera calor húmedo”, señaló.
¿Cómo lo hizo? “Me ponía un guatero con semillas húmedo. Le ponía una taza de agua y lo metía al microondas. Luego, me lo aplicaba”, reveló.
Mastitis: ¿Qué dicen los especialistas?
Según explican desde la Clínica de Lactancia de Clínica las Condes en su sitio Web, “la mastitis es una inflamación de las mamas causada por un bloqueo de los ductos lácteos durante la lactancia. Ésta, se produce principalmente por retención de leche, debido a un mal vaciamiento por parte del recién nacido o una mala técnica de extracción (…) la mujer puede tener una congestión excesiva de una o ambas mamas, o zonas endurecidas con nódulos, sobre las cuales la piel está enrojecida y caliente. Además, siente dolor al tocarlas. En los casos más extremos, algunas pueden tener fiebre, escalofríos y molestias en la espalda”.
Para prevenir esto, se recomienda alternar la lactancia entre ambas mamas, para que se vacíen de forma igualitaria. Y en el caso de solo dar un pecho, es necesario vaciar el otro con la ayuda de un sacaleche o extractor.
Y advierten que “ante una congestión, es necesario vaciar totalmente las mamas. Para ello, sirve colocar al niño frecuentemente al pecho sin limitar los tiempos de amamantamiento. Si la succión no es suficiente para aliviar las molestias, hay que usar un extractor de leche, pero en forma moderada, ya que, paradójicamente, a mayor succión, la producción de leche aumenta”.
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