Esta mañana el matinal Mucho Gusto puso como tema de conversación entre sus panelistas la nueva campaña del Ministerio de la Mujer #Nolodejespasar, la cual busca empoderar a las mujeres y no callar ante situaciones de violencia.
A raíz de esto, Ivette Vergara confesó que cuando ella tenía 17 años, fue víctima de violencia en el pololeo.
“No es tan facil decir ‘yo puedo cortarlo desde el comienzo’, ustedes me ven acá y dicen ‘pucha la Ivette tiene una personalidad súper potente’ , pero yo viví violencia en el pololeo y no me di cuenta”, comenzó contando la panelista del matinal de Mega. A esto, añadió que “yo me sentía tan enamorada de esa persona, que mi lucha era ‘por qué no me quiere tanto como yo lo quiero a él’. ‘Voy a luchar por ser mejor, por darle en el gusto’, pero yo no sentía que él me maltrataba, yo no sentía que él me hacía daño, yo simplemente sentía que él no me quería tanto como si yo lo quería a él, entonces yo decía ‘ya, voy a hacer esto y me voy a poner más linda’. Entonces llegó un minuto en donde me empecé a vestir como él quería”.
La modelo contó que ella siempre fue muy deportista y jugaba voleibol, entonces sus días eran de andar vestida con buzo y zapatillas, pero reveló que “cuando yo sabía que él me iba a buscar o que nos íbamos a encontrar, yo me cambiaba ropa para que él me viera como a él le gustara que yo me vistiera”.
También contó que sus papás tenían la intuición de que algo pasaba porque no les gustaba esa persona para Ivette. “A mi papá no le cabía en la cabeza que yo fuera verlo a él y llegara a las 3 o 4 de la mañana, y no fuera él, siendo 5 años mayor, por qué él no me cuidaba y me iba a ver a mi casa, por qué tenía que andar yo sola en la calle a esa hora”, y ante estas situaciones, la periodista contó que “yo lo defendía e inventaba cosas”.
Finalmente, la panelista confirmó que ante este tipo de situaciones “pasan cosas que uno empieza a ocultar información” y dio un último ejemplo de algo que le ocurría constantemente con esa persona: “me insultaba por teléfono y yo estaba cambiándome ropa por ejemplo y ocultando que por el otro lado escuchaba puros garabatos”.
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