“Para mí la Chalota es mi vida, me ayuda demasiado a bajar mi estrés”. Con estas palabras Daniela Castro resumió el por qué va a todos lados acompañada de su perrita Chalota, incluso a Lollapalooza, festival que no deja entrar mascotas, pero en el cual ella sí pudo ingresar con su peluda.
La razón es que Dani contaba con un papel psiquiátrico que define a su mascota como un animal de apoyo emocional. Pero ¿qué significa eso?
“Son aquellas mascotas que ayudan a sus dueños a superar algún trauma o miedo y que se constituyen en parte importante del tratamiento médico y psiquiátrico de determinados pacientes; por la seguridad y confianza que éstos les brindan a sus amos”, explica la especialista Gloria Basto en su web.
Y agrega que “para que un animal sea certificado como mascota de soporte emocional no requiere de un entrenamiento especial, como los perros para gente con discapacidad visual, sólo necesitan ser entrenados de manera básica para que puedan viajar sin problemas en el avión con el resto de los pasajeros. Por ejemplo, deben obedecer las instrucciones de sus dueños, no olisquear ni ladrar a las demás personas o animales, y lo más importante es que sea sociable. No se aceptan como animales de soporte emocional a perros agresivos”.
Además, la profesional indica que “para la certificación es necesaria la carta de un médico especialista en Psiquiatría que señale en qué manera el animal ayuda la persona con sus problemas emocionales” y que “en algunos casos, las aerolíneas e incluso diversos establecimientos como centros comerciales y restaurantes entre otros, están obligadas a acceder a que el animal de soporte emocional acompañe al paciente que sufre de enfermedades diferentes a la fobia a volar, como diversos tipos de depresión, trastornos de ansiedad y diversos trastornos adaptativos; pues no permitir el ingreso de dichas mascotas con sus amos, se constituiría de alguna forma en discriminación de las personas con estas condiciones”.
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