Mes de la madre: mes en que todas las mujeres que queremos ser madres volvemos a recordar esta herida, la de la espera que nunca termina.
Personalmente estoy en busca de ser madre hace ya dos años, y no les miento, hay veces en que odio este proceso.
Pero hoy no les voy a contar acerca del miedo a no lograr ser madre biológica nunca.
No les contaré de las dolorosas intervenciones. De la sensación de injusticia. Del miedo a que nunca encuentres “la causa”. De la envidia a otras mujeres que se quedan embarazadas sin esfuerzo. No les voy a hablar de las dudas de si esto de la maternidad será para mí. Ni de la culpa de estar “fallada”, ni la sensación de estar haciéndole daño a mi marido, que quiere ser padre con todo su corazón.
Les voy a hablar de algo que puede ser incluso más injusto que estar en esta situación. Y es que muy pocas personas pueden costear los tratamientos para tratarla.
Según cifras del Instituto de Investigaciones Materno Infantil, en Chile, la infertilidad afecta a 10% de las mujeres en edad fértil al año de vida marital y que a los ocho años permanece infértil cerca de 5% de las parejas.
Estar con problemas de fertilidad genera mucho estrés personal y en la pareja, saber que una fertilización in vitro cuesta unos $6 millones y que este tratamiento no siempre es efectivo y debe realizarse unas tres veces, te produce una sensación de injusticia y desamparo.
En nuestro país hay sólo una Isapre que cubre este tratamiento, y por supuesto la prima es muy alta (equivale al sueldo mínimo) y además no debes presentar preexistencia asociada. ¿Quién ayuda a las mujeres que no tienen la posibilidad de pagar estos costosos tratamientos?
Justamente este año se abrió el debate respecto de si este tipo de tratamientos debiera estar incluido como enfermedad,como sí lo está en países europeos. Pero rápidamente, casos como dar este tratamiento a parejas homosexuales, generaron mayor cobertura y se disipó el tema.
Cada día hay más casos de abortos espontáneos e infertilidad. ¿Hasta cuándo vamos a esperar a que este problema tenga una solución para todas las mujeres, sin importar sus ingresos? ¿Hasta cuándo se va a invisibilizar este duelo que mes a mes vivimos las mujeres que no podemos ser madres? Invito a las autoridades a reflexionar.
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