Michael Collins fue la estrella de las celebraciones en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), desde donde el 16 de julio de 1969, a las 9.32 hora local, despegó el cohete Saturno V que transportaba la nave con los tres astronautas que llegaron a la Luna el 20 de julio.
Con ayuda de los cientos de miles de personas que trabajaron en el programa Apolo de la NASA, Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins hicieron realidad la llegada del hombre a la Luna antes de que finalizara la década de los años 60, una meta que el presidente Kennedy había fijado en un famoso discurso en 1961.
Sobre la misión Artemisa, que incluirá a la primera mujer en ser enviada a la luna, el astronauta retirado, está contento con el papel que las mujeres tienen en esta nueva etapa de la conquista del espacio.
“Me encanta la palabra Artemisa, la gemela de Apolo. Creo que es un nombre maravilloso y más importante que el nombre es un concepto maravilloso. Creo que las mujeres pueden hacer cualquier cosa que los hombres puedan hacer en el espacio”, enfatizó.
Michael Collins, fue el único de los tres astronautas que no pisó la Luna, pues estaba a cargo de la nave en la que tenían que regresar a la Tierra.
El astronauta retirado planteó hacia dónde dirigir ahora los esfuerzos espaciales y afirmó que sin dudarlo “propondría ir directamente a Marte”, el planeta rojo, que ya está en los planes de la NASA, la agencia espacial de Estados Unidos.
“No quiero volver a la Luna. Quiero ir a Marte. (John F.) Kennedy nos mostró el camino”, subrayó Collins, de 88 años, este martes.
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