Según el informe “Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado por La Tercera, en Chile 844.253 personas mayores de 15 años tienen depresión. Las cifras son una estimación hecha por la OMS sobre la base de datos oficiales enviados por el Ministerio de Salud (Minsal).
En nuestro país, las enfermedades neuropsiquiátricas, la depresión y la ansiedad son casi dos veces más frecuentes en las mujeres que en los hombres.
“Así, analizando por condiciones específicas, y no por grandes grupos de enfermedades, la depresión en las mujeres es la segunda causa de carga de enfermedad en el mundo”, enfatiza el doctor Rodrigo Figueroa, académico del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina UC.
Pero, ¿por qué nos afecta más a nosotras que a los hombres?
Conversamos con Constanza del Rosario, psicóloga experta en relaciones de pareja y directora de Fundación Relaciones Inteligentes y Varinia Signorelli, psicóloga Infanto-juvenil y directora de Supermadre.net, sobre el mensaje que debemos enviar a las niñas de hoy, para prevenir que se sumen a este triste porcentaje de enfermedades mentales.
Constanza dice que el principal problema de base, que se repite entre las mujeres que llegan a su consulta es, el miedo.
“Llegan distintas mujeres con distintos problemas, pero a la base muchas veces uno ve un miedo en común: el miedo ‘a quedarse solas’, asociando soledad con fracaso, rechazo o falta de valía, nunca como una elección u opción válida”, revela la autora del libro, “Soy mi propia Diosa”.
La especialista agrega que, “esto tiene que ver con una enseñanza de género que dicta que su realización personal depende directamente de tener pareja e hijos. Y desde discursos idealizados sobre el amor, que las animan a dar más de la cuenta, agradar, sacrificarse y adaptarse para ser elegibles y buenas madres”.
Por su parte, Varinia Signorelli, que lleva diez años atendiendo mujeres adultas y niñas, comenta que aunque las dificultades que hacen que una mujer pida ayuda son múltiples, ha podido observar que la inseguridad y la falta de autoestima en las niñas, es algo que se repite.
“Cada historia es diferente, y es difícil encontrar algo que se repita a la base sin ninguna otra variable. Sin embargo, puedo detectar que hay aspectos que pueden ser menos protectores al momento de enfrentarnos a un conflicto. Las mujeres cargamos con muchas responsabilidades y cargas sociales por el solo hecho de ser mujeres. Esto hace que de una u otra manera siempre nos configuremos desde el no ser suficientes. Ni suficientemente linda, inteligente, capaz, buena, etc. Esto hace que nos olvidemos de nuestra naturaleza, buscando seguir ideales y cánones de las que somos presas”, explica.
Entonces, ¿cómo detener este problema?
Del Rosario dice que “es clave repetirle a las niñas que ya están completas, que el amor y la maternidad son una elección, que deben vivirse desde el autocuidado, la complicidad y corresponsabilidad, que vivir una vida apasionante no depende de un otro, depende de ellas mismas, y que el amor sano no duele, no miente, no inseguriza ni culpabiliza”.
Constanza cree que para detener los problemas de salud mental que se repiten entre las mujeres, “debemos contarle menos cuento a las niñas y educarlas para ser más autónomas, seguras y astutas. Fortaleciendo su inteligencia emocional para relacionarse positivamente y libremente consigo y los demás”.
En cuanto a cómo fortalecer la autoestima de las niñas, la psicóloga Varinia Signorelli asegura que la presencia real y de calidad de la figura materna, es clave.
“Mirada de mamá. Mirada real y presencia. Eso trae consigo respuesta adecuada a sus necesidades. Si el niño o la niña se sienten mirados, leídos, acompañados, validados, entonces se sienten valiosos. Pero si la mamá castiga, no pasa tiempo con sus hijos, no los entiende, hace otras cosas cuando está conmigo en vez de responder al estrés, entonces crecen sintiendo que no valen nada”, finaliza.
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