Según la Ley 20.480, en Chile se define el femicidio como el asesinato de una mujer por quien es o ha sido su esposo o conviviente.
Sin embargo, el término “femicidio” también ha sido utilizado por otros países para describir el asesinato de una mujer, sin que exista una relación entre la víctima y el agresor. Este acto contra la mujer, es el acto más violento, ya que no solo busca controlarla completamente, sino que también aniquilarla.
Al mirar la historia de la humanidad, se aprecia que se ha puesto a las mujeres como provocadoras y fuente de perdición y tentación para los hombres, y a raíz de esto surge la premisa que deben ser controladas.
Esto se ve en diferentes periodos. El más sanguinario fue la persecución de las mujeres que tenían pensamiento propio e independencia, considerándolas brujas. Sin embargo, aunque en la actualidad ya no hay este tipo de persecución abierta, aun impera la creencia que a las mujeres hay que controlarlas.
Esto no es manifestado de modo directo y los discursos explícitos han variado y validan a la mujer. En las relaciones de pareja, aun impera la creencia implícita de que ser pareja para el hombre implica “poseer a la mujer”, como un objeto o alguien que es la extensión de sí mismo y debe estar a la disposición de él. Cuando esta persona no hace o dice lo que se supone debe hacer o decir, es considerada en rebeldía y debe ser castigada para que entre en razón. Este pensamiento machista está profundamente arraigado en la concepción de ser hombre, lo que no permite la liberación de él.
Así, nos encontramos con que en nuestra sociedad aún se cree, muchas veces no tan conscientemente, que la mujer es propiedad del hombre que es su pareja.
La tan popular canción de Las Tesis “Un violador en tu camino”, plantea este problema e intenta poner en evidencia que la responsabilidad de la agresión es del agresor. Y quizás, por esto, se expandió con tanta rapidez en el mundo. Existe la necesidad de mostrar que la violencia en contra de la mujer se ha normalizado, lo cual lleva a que el femicidio sea tan frecuente, ya que la violencia final y el control total de ella se produce cuando se le tiene a la total disposición, sin resistencia.
Durante el 2019, en Chile ya van 44 femicidios. Al mirar estas cifras, es imposible no reflexionar en qué tipo de sociedad deseamos construir, en qué tipos de relaciones estamos promoviendo; cuánta dignidad, respeto o valoración por los otros se tiene; y qué tipo de hombres y mujeres las construirán.
El acto delictivo es castigado por la ley, no obstante es imperativo que revisemos los patrones de crianza, cómo inculcamos a nuestros niños para replicar estos patrones, y que trabajemos en conjunto para ir cambiando estas concepciones violentas y de control sobre las mujeres. Reformular la concepción de lo masculino y lo femenino.
Las relaciones se construyen en la interacción, en el respeto, en la libertad, en considerar al otro con sus propios deseos y vida. Y en aceptar que a veces podemos perder a quien queremos y en que no somos dueños del otro.
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