Muchos padres están a dieta y traspasan esta condición a sus hijos. El riesgo es que para ellos es muy importante una alimentación completa y balanceada.Es común que los padres una vez que aprenden a llevar una alimentación saludable quieran incorporar estos nuevos hábitos a toda su familia, pero también existen casos donde sin ninguna supervisión nutricional, se comienzan a hacer restricciones de todo tipo sin saber las consecuencias negativas que esto puede traer en sus hijos.
Por ello, Ana María Gutiérrez, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, enfatiza que los niños menores de 12 años pueden estar sometidos a dieta, sólo bajo supervisión nutricional: “A esta edad es muy importante una alimentación completa y balanceada con las porciones de alimentos adecuadas para cada etapa de su desarrollo”, advierte.
Pero efectivamente hay casos especiales en que los niños menores pueden estar a dieta. “Se trata de niños con sobrepeso u obesidad donde se estima sus requerimientos nutricionales y se calcula la baja de peso en un tiempo determinado, cambiando principalmente hábitos alimentarios y aumentado la actividad física”, explica la nutricionista.
Lo más importante al momento de comenzar un plan nutricional solo o familiar es saber los diferentes hábitos y requerimientos nutricionales, para cada etapa del desarrollo, subraya la experta. “Los niños según la etapa de desarrollo en la que se encuentren necesitan diferentes porciones alimentos para no presentar carencias en la alimentación y mantener un adecuado estado nutricional”, advierte.
Lo que no debe faltar
En este periodo del crecimiento de los niños, la académica de la UNAB subraya que no pueden faltar los alimentos principalmente proteicos (lácteos-carnes rojas y blancas-huevos), ricos en hidratos de carbono (azúcares simples y complejos) y alimentos grasos (mono y polinsaturados). “Podemos decir que es fundamental en los primeros años de vida en los niños un buen aporte de alimentos grasos para la formación de sistema nervioso central, alimentos ricos en omega 3 y omega 6 principalmente, lípidos de buena calidad”, dice.
En este caso, según Ana María Gutiérrez, el error de los padres es restringir sólo las grasas saturadas (frituras), lo cual no está mal pero tampoco conocen todos los otros alimentos que las contienen y mantienen igualmente un alto aporte de azúcares refinados y un bajo aporte de pescados y aceites vegetales de buena calidad. La especialista advierte, además, no restringir los lácteos, puesto que los niños están en pleno crecimiento y desarrollo (calcificación ósea). En tanto, los hidratos de carbono son fundamentales para la rápida obtención de energía (concentración y procesos cognitivos), por lo tanto, su restricción en niños debe ser siempre bajo supervisión nutricional.
COMENTAR