La mayoría de mis pacientes conoce bien las claves para una alimentación sana: evitar las grasas, comer muchas frutas y verduras, procurar que la mayor parte de las fibras sean “integrales” y preferir proteínas magras. A pesar de esto, muchos de ellos han adoptado hábitos de alimentación que consideran sanos, ante lo cual debo invertir bastante tiempo tratando de convencerlos que en realidad no lo son. Dichas opciones parecen saludables pero una vez puestas en práctica los resultados son contrarios. ¿Son sus hábitos alimenticios tan saludables como usted cree?
• ¿Se salta usted el desayuno pensando que así ahorrará calorías?
Siempre me sorprendo por la cantidad de gente que piensa que no desayunar es un hábito saludable y una manera segura de controlar la ingesta calórica. Existen tantas y tan buenas razones para consumir alimentos en la mañana. Por un lado, los estudios han demostrado que quienes desayunan habitualmente son más propensos a controlar su peso. Además, un desayuno bien planificado privilegia alimentos que generalmente no ingerimos durante el resto del día, como son las fibras de los cereales y los productos lácteos ricos en calcio. Si no somos capaces de comer un buen desayuno en la mañana, al menos debemos intentar consumir proteínas mediante un batido o un yogurt.
• ¿Evita mantener comida en casa por temor a comérsela?
No tener alimentos a mano sólo es sensato si se trata de aquellos que no debemos comer. En cambio, un refrigerador y despensa bien provistos pueden ser nuestros mejores aliados cuando se trata de nutrirnos correctamente. Si tenemos buenos alimentos, como camarones y lácteos bajos en calorías en el congelador, productos “integrales” en la despensa y frutas y ensaladas verdes en refrigerador, nunca estaremos lejos de una merienda saludable. Mantener la casa libre de alimentos puede resultar contradictorio, ya que cuando el hambre ataca, terminaremos echándole mano a lo primero que pillemos en la tienda de la esquina o reparto a domicilio.
• ¿Compra únicamente en tiendas de alimentos sanos?
Es una trampa común. Mucha gente piensa que todo lo que se ofrece en este tipo de comercio es bueno para ellos, pero no siempre es así. Es común ver en los mostradores muchos productos altos en grasa y azúcares, los que al ser consumidos como colación significan una gran porción del plan de calorías diario. ¿Son acaso las papas fritas orgánicas o las bebidas endulzadas sólo con productos naturales realmente mejores para nuestra dieta que los alimentos regulares?
• ¿Evita usted comer entre comidas (colación o snack)?
Muchos de mis pacientes están convencidos de que consumir una colación es un mal hábito. Lo cierto es que para muchos de ellos probablemente lo es, debido a que los alimentos que eligen suelen variar entre papas fritas, ramitas, bebidas, galletas y helados. Pero una colación saludable y bien planificada debe cumplir con ciertos objetivos. Cuando nos alimentamos frecuentemente durante el día evitamos llegar a las comidas principales con mucha hambre y de esa manera reducimos el riesgo de excedernos a la hora de sentarnos a la mesa. Además, al comer seguido se vuelve más fácil incluir alimentos saludables durante el día. Cuando pensemos en una colación, pensemos en frutas, un puñado de nueces o almendras, una barra de proteínas, un poco de queso bajo en calorías con galletas integrales o palitos de verduras crudas con hummus.
COMENTAR