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Menos sal en la dieta ¡sí se puede!

Por Biut y Agencias

Cerca de un 50% de la sal que consumimos diariamente proviene de la preparación de comidas o de lo que le agregamos al plato antes de comer. Apenas un 10% es aportado por elementos naturales y el resto proviene de alimentos procesados. Si lo que quieres es reducir su consumo, atención a estos simples consejos.

Los niveles de sodio en el organismo están determinados por el equilibrio entre la ingesta y su excreción por el riñón, si la ingesta está aumentada y su excreción disminuida afecta el equilibrio de electrolitos celulares. Según explica Valerie Engler, Bioquímica y Magister en Nutrición de ILSI Sur-Andino, el sodio intracelular facilita la entrada de calcio con el consiguiente aumento de contractilidad en el músculo liso y aumento de la resistencia vascular periférica.

Mismo sabor, menos sal

Es posible que en principio la comida sin sal no agrade tanto y que la encontremos algo insípida, pero siguiendo los consejos de la especialista podemos darle a nuestras preparaciones un gran sabor y hacer saludables. El sabor salado es un sabor adquirido, el cual puede ser “reeducado”. Se dice que luego de dos semanas de comer sin sal, el organismo debería acostumbrarse.

El sabor de las comidas se asocia generalmente con su contenido de sal, sin embargo, existen algunas trucos para suplirla durante los horarios de comida. Entre ellos algunos alimentos que aportan acidez como el jugo de limón y los vinagres; los picantes, como la pimienta, la cebolla y el ajo y los aromáticos como algunas hierbas(orégano, perejil, laurel, etc.) ideales para darle sabor a las preparaciones.

El sabor también depende mucho del tipo de preparación que le demos a la comidas. Por ejemplo, la carne a la parrilla, las verduras cocinas al vapor y los guisos son más sabrosos que otras preparaciones. Las técnicas de cocción también son importantes, por ejemplo al saltear zanahoria o cebolla en un poco de aceite va a producir que se liberen más sabor que si se hierven o cocinan en agua. Por eso es conveniente saltear primero las verduras que aportan sabor (siempre en poco aceite) y luego cocinar el resto de los alimentos.

Los alimentos bajos en sodio como las verduras, las legumbres, los frutos secos o las frutas, son ideales también para realizar una dieta hiposódica.

Precaución con éstos alimentos

– La sal: por cada gramo de sal ingerido (1/3 cucharadita de té) estamos consumiendo 400 mg de sodio.

– Fiambres y Embutidos.

– Caldos y sopas deshidratadas.

-Las conservas y enlatados.

-Los quesos blandos y de mayor maduración.

-Las galletas.

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