Rostro

Rosácea: Cuando te pones rojo y no es de vergüenza

Por Biut y Agencias

Esta afección ataca principalmente el rostro, enrojeciéndolo a tal punto que incluso puede provocar deformaciones y marcas en la piel que quedan de por vida.

La rosácea es una condición de la piel que afecta a personas de piel blanca, generalmente de ascendencia europea. Se manifiesta con el enrojecimiento en la parte central del rostro, mejillas, nariz, o frente, pudiendo afectar  el cuello y el pecho, pero en menor frecuencia.

Según la dermatóloga Carla Muñoz, esta afección parte con un enrojecimiento que responde a diferentes estímulos externos como  lugares calurosos y algunos alimentos picantes, generando color rojo en la cara. Luego aparecen las venitas dilatadas y más adelante granitos rojos y espinillas en la cara. En casos más extremos, habitualmente en los hombres, se puede producir un aumento en las partes blandas, es decir, se agrandan parte como  la nariz, por ejemplo.

Hay distintos grados de rosáceas y estos dependen en los síntomas que se manifiesten. Entre ellas podemos mencionar:

-La Rosácea Eritemato-Telangiectática: Es la coloración rojiza permanente con tendencia a un enrojecimiento mayor con facilidad. Es común que presente pequeños vasos sanguíneos visibles cerca de la superficie de la piel y posiblemente sensación de quemazón y picazón.

-La Rosácea Papulopustular: se reconoce por la coloración rojiza permanente sumada a granos enrojecidos (pápulas) que algunos pueden contener pus (pústulas) y que duran entre 1 a 4 días. Este subtipo puede ser fácilmente confundido con el acné.

-La Rosácea Fimatosa: subtipo comúnmente asociado al engrosamiento de la piel, nódulos de superficie irregular y aumento de tamaño. Pueden presentarse vasos sanguíneos superficiales visibles.

Es importante aclarar que la rosácea afecta a ambos sexos, pero es casi tres veces más común en las mujeres (se presenta mucho durante la menopausia) y tiene una edad de desarrollo entre los 20 y 60 años. La presencia de enrojecimiento en el cuero cabelludo u orejas sugiere un diagnóstico diferente, ya que la rosácea es principalmente un diagnóstico facial. Para tratar esta afección, la doctora Muñoz recomienda evitar los elementos externos que puedan provocarla, así como también el uso de ciertos productos dermatológicos y medicamentos.

Desarrollado para combatir sus consecuencias, Ruboril es un tratamiento para pieles con rosácea que consta de 6 productos que atacan el enrojecimiento y la dilatación de los vasos capilares que irrigan la dermis en forma de ramificaciones o tela de araña, que otorgan protección: vascular, UV y alivio los distintos tipos de piel.

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