Anoche no sólo pudimos ver looks increíbles y otros no tantos sobre la alfombra roja de los Globos de Oro. También quedamos impactadas al ver cómo algunas celebridades están abusando de las medidas para evitar las arrugas y conservar su juventud.
Sabemos que mantenerse joven es un bien muy preciado en la selva hollywoodense, y que varias celebridades llegan a distintos extremos por mantenerse jóvenes, sin importar los costos. Como Demi Moore, por ejemplo, que muchas veces se ve más joven que sus hijas, tanto en su rostro como en su vestuario.
Pero anoche, durante la ceremonia de premiación de los Globos de Oro, fuimos testigos de cómo puede quedar el rostro cuando se abusa de botox u otros medios que emulan el efecto de eterna juventud.
Nicole Kidman es, sin duda, una de las celebridades más estiradas del cine internacional. Con solo 45 años, la que alguna vez fue una natural y colorina australiana, que se paseaba del brazo de Tom Cruise, hoy es una mujer carente de expresiones, que aunque llame la atención por su inagotable sentido del estilo, muestra facciones literalmente congeladas.
Jennifer Lopez me sorprendió anoche con su parálisis facial. No se si será por su incapacidad de usar más expresiones ante los flashes de las cámaras, pero la verdad es que su rostro de sorpresa eterno le quitó protagonismo, incluso a su vestido semitransparente.
Catherine Zeta-Jones apareció sobre el escenario para presentar un galardón, cantando. Pero con la cara algo hinchada y con poca movilidad. La actriz de Rock of Age y La leyenda del Zorro no solo se veía estirada, sino que además hinchada y con unos pómulos exagerados.
Algo que cuesta comprender es cuando personas muy jóvenes se someten a un procedimiento para rejuvenecer su semblante. Lo que logran es un resultado como el de Megan Fox, que pese a ser una de las mujeres más guapas y sensuales del mundo, se vio algo plástica y con la cara inmóvil, caminando por la alfombra roja.
Ojo, que con estos comentarios no queremos decir que estas medidas rejuvenecedoras no funcionen en algunas ocasiones. Sólo que cuando se exagera, la petrificación facial es un poco desmedida. ¿Qué opinan ustedes?
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