Vali tenía una vida normal hasta que a los 17 años le diagnosticaron cáncer ovárico. Para combatir esto se sometió a los tratamientos respectivos, y aunque sobrevivió perdió algo que la motivaba para seguir luchando: la fertilidad. Y aunque ya había dejado atrás el sueño de ser mamá, la ciencia le devolvió la esperanza y le dio una segunda oportunidad.
Tiempo antes de que la joven australiana comenzara a tratar su enfermedad con procedimientos invasivos, por petición de ella, un grupo de médicos extrajo sus ovarios, los fertilizó y los congeló. Hace unos meses, una vez que la afección ya se había controlado, el grupo de expertos hizo una jugada arriesgada y volvió a implantar los tejidos de esos órganos en la mujer de 24 años. Sin duda, esa fue la decisión más certera, pues hoy Vali está embarazada de 26 semanas y espera gemelos, cuenta el sitio de ABC.
Una esperanza para preservar la maternidad
Los médicos aseguran que esta nueva técnica podría revolucionar los tratamientos de fertilidad, ya que permitirá a las mujeres ser madres en algún momento de la vida, mediante el almacenamiento de las muestras de tejido ovárico.
Y aunque en el mundo más de 20 personas han sido sometidas a este tipo de trasplante -reimplante de tejido en un área diferente del cuerpo-, sólo el caso de Vali ha tenido resultados exitosos.
¿Cómo actúan los injertos ováricos?
La técnica que se practica en el Hospital IFV de Melbourne y el Royal Melbourne Hospital funciona a través de la reimplantación del tejido del ovario que se le extrajo a la paciente, en los lados izquierdo y derecho de la pared frontal de su abdomen. Junto a esto, los doctores refuerzan el procedimiento con tratamientos hormonales para producir los folículos.
Luego del milagro de Vali, los recintos hospitalarios de Australia pretenden crear un centro de urgencias para almacenar tejidos ovárico de mujeres jóvenes a punto de someterse a tratamientos médicos que pudieran dejarlas infértiles, para así ayudarlas a cumplir el sueño de la maternidad.
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