El buen tiempo nos motiva a tomarnos las calles y salir a correr, pues no solo es una buena forma de quemar calorías, sino que además ayuda a liberar esas tensiones del día que nos abruman a cada minuto. Pero no es llegar y correr. De hecho, es muy importante considerar algunas cosas, para no sufrir lesiones.
Según Sebastián Manzur, kinesiólogo de KPT del gimnasio O2 Fit, “las lesiones más comunes que se dan en el running son las producidas por sobrecarga de los distintos tejidos involucrados en la actividad”. “Dentro de éstas, encontramos: tendinitis aquiliana y parelar, fascitis plantar, síndrome de fricción de la banda iliotibial, disfunción patelofemoral, entre otras“, añade.
Pero no por esto vamos a dejar de ejercitar. De hecho es posible evitar estas lesiones. Manzur nos explica que “los principales errores que se cometen en la práctica del running y que aumentan las posibilidades de generar una lesión son entrenar sin programas de entrenamiento realizados para cada individuo, errores en esos mismos programas en cuanto a distribución de cargas, no realizarse evaluaciones médicas, kinésicas y físicas, las cuales entregan información vital para la programación de un entrenamiento adecuado; escasas o nulas rutinas de flexibilidad; tecnología adecuada y tipos de superficie“.
La elección de las zapatillas
Para ponerse a correr, lo más caro que una persona necesita son una buenas zapatillas. Según Kerstin Weiss, especialista de Nike, “las zapatillas acompañan al corredor durante su entrenamiento y competencia. Lo más importante es que sean específicas para la persona, tanto en amortiguación como en tipo de pisada, según su peso corporal, y lo más relevante es la comodidad y superficie sobre la que se correrá“.
Weiss nos cuenta, además, que no es lo mismo una zapatilla para gimnasio, que una para correr 5, 10, 21 o 42 kilómetros. “La de gimnasio son de bajo perfil en la entresuela, suelas que no marcan el piso y tienen una suela multidireccional para los distintos tipos de movimientos que tiene el entrenamiento de gimnasio. Las de running están hechas para correr. En este caso, la durabilidad en las de entrenamiento es de 600 kilómetros aproximadamente, y las de competencia serán de menor durabilidad ya que se usa menos material para que sean más livianas. Las zapatillas de running se caracterizan por tener amortiguación mayor, lo que hace que sea una entresuela de mayor perfil, suela de waffle para máxima tracción en diferentes superficies donde se corre, y mesh en la capellada para mayor ventilación y respirabilidad del pie“.
Así que ya lo saben. Para evitar las lesiones más comunes entre los runners y tener un entrenamiento que rinda frutos, deben elegir una zapatilla adecuada, contar con un entrenamiento pensado en cada persona y con las evaluaciones correspondientes. Ahora ¡a correr!
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