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Hilos tensores: La nueva forma de combatir la flacidez del rostro

Esta nueva técnica no quirúrgica y minimamente invasiva, promete poner todo en su lugar y estimular la formación de colágeno en el rostro para devolverle la firmeza perdida después de los 30 años.

Por Francisca Quezada

¿Soplaste las 30 velitas y te diste cuenta que el paso del tiempo ya ha hecho de las suyas en tu rostro? Pues debes saber que la flacidez facial comienza a dar sus primeras señales al llegar a esta edad. Y es normal que los párpados ya no estén tan arriba como antes o que el contorno de la mandíbula se vea un tanto irregular.

La doctora Claudia Avaria, de Clínica Avaria explica que, “a partir de los 30 años se desplaza la almohadilla de grasa que sostiene el pómulo, que al descender provoca la caída de las mejillas, la profundización del surco nasogeniano que va de la nariz a la comisura de los labios y de líneas labiomentales que van de las comisuras de los labios al mentón, e irregularidades en el reborde mandibular por el peso de las mejillas”.

Otro factor, explica Avaria, es que “a partir de los 25 años, el organismo disminuye la producción y calidad de colágeno, responsable de la firmeza de la piel”.

Cómo recuperar la forma del rostro

Si por ningún motivo quieres someterte a un lifting quirúrgico, los hilos tensores faciales se asoman como una buena alternativa para solucionar este problema evitando el pabellón.

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¿Cómo funcionan?

Los hilos tensores buscan recuperar la forma del rostro alterada por la flacidez. Con ellos se puede desde levantar los párpado hasta elevar pómulos, mejillas y suavizar el surco nasogeniano.

“Uno de los usos más demandados es en la zona de la mandíbula. Al aplicar los hilos y tensarlos, se puede dejar con un contorno definido, rasgo asociado a la juventud”, asegura la especialista. Y agrega que “también se pueden aplicar en el cuello, para levantar la piel caída, y remarcar la diferencia entre la línea de la mandíbula y cuello, evitando el ‘cuello de pavo'”.

La buena noticia es que el resultado luce natural y no cambia la expresión del rostro. Además el procedimiento de este tratamiento es mínimamente invasivo, dura entre 30 y 40 minutos y no duele porque se aplica anestesia local.

“La zona queda sensible y tirante unos tres días. Luego van pasando las molestias de a poco, y a a los 5 días no debería haber molestias”, asegura Claudia.

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