¿Te lavas muchas veces las manos? O ¿cada vez que subes las escaleras no puedes dejar de contar los peldaños? Si tu respuesta fue positiva a una de las preguntas anteriores, es probable que efectivamente tengas un TOC ¿De qué se trata esto?
Según no explicó Fernando Marchant, psicólogo de Vidaintegra, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), es una condición de la salud mental que pertenece al grupo de los trastornos de ansiedad, los que se caracterizan por obsesiones y compulsiones. Las primeras corresponden a ideas, pensamientos o impulsos constantes y continuos que invaden la mente, mientras que las segundas son conductas repetitivas que se llevan a cabo con una sensación de resistir al impulso.
“Las personas que padecen este trastorno experimentan pensamientos involuntarios que generan ansiedad, miedo y estrés, provocando que realicen acciones compulsivas en su intento por neutralizar las sensaciones desagradables asociadas a las obsesiones”, dice Fernando Marchant.
QUIENES PUEDEN TENER UN TOC
Según el especialista, esta patología puede manifestarse en hombres y mujeres de cualquier edad, aunque suele iniciarse en la adolescencia o a principios de la adultez. La edad promedio de inicio en los hombres es entre los 6 y 15 años, mientras que en las mujeres es entre los 20 y 29 años. Y por lo general se trata de personas perfeccionistas, exigentes, minuciosas, con tendencia al control y la previsión.
“Existe un componente ansioso y una íntima relación entre pensamientos obsesivos y la depresión, ya que estos pensamientos y conductas repetitivas ‘ayudarían’ a la persona a reducir la angustia. El problema es que se cae en una exageración que no está acorde con la realidad, de modo que afecta el desarrollo de la vida cotidiana en todas sus aristas”, asegura Marchant.
CÓMO TRATAR EL TOC
Fernando explica que el mayor problema de los trastornos de ansiedad es que las personas que las padecen convierten sus preocupaciones en obsesiones y realizan conductas que no son útiles ni placenteras, perdiendo el control de la propia vida. Pero la buena noticia es que esto tiene solución.
“El aporte de la psiquiatría con la psicoterapia permiten manejar positivamente el problema, porque ayuda a hacer cambios en los esquemas de pensamientos y creencias, favorece el aprendizaje de métodos alternativos y enseña a los pacientes a superar el miedo, de modo que la vida de cada persona se normalice”, explica el psicólogo. Pero advierte que para que estos tratamientos funcionen es necesario, “el compromiso de cada paciente y el apoyo de su familia y su círculo cercano”, finaliza.
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