Soy mamá nueva de un gordo rico de casi 5 meses que se llama Emilio y que en el mundo “bloger” es conocido como el “baby ninja” por sus patadas y manotazos mortales desde que estaba en la panza. Voy a estar contándoles distintas experiencias y anécdotas de ser una madre primeriza y lo que viene ahora es un hecho fresquito.
El baby ninja se cayó del coche hace unos días. Sí, se los digo así, sin filtro. Se mandó a tierra. Dormía, no estaba amarrado y yo figuraba viendo la telenovela de las 3 pm en otra pieza. Siento un llanto y el pobre estaba en el suelo boca abajo. Gracias a Dios a él no le pasó nada pero yo me quería morir de la pena y la culpa.
Dicen que es un accidente casero muy típico, algo así como caerse de la cama (que en algún momento supongo igual va a pasar). Es en estás situaciones “extremas” que me sorprendo. Me doy cuenta que estoy preparada para todo, hasta para la guerra si fuera necesario con tal de contener a mi Emilio.
Mi mamá se puso histérica y pegó un grito del terror que nos asustó más aún, así que con una mirada de odio le pedí que se calmara. No hay nada mejor que mantener la calma, pero cuesta, es muy difícil cuando lo único que quieres es llorar a gritos, decirte un par de palabrotas por ser tan pava, mala madre, encerrarte con tu guagua en la pieza y mandar al resto a la punta del cerro por comenzar a opinar.
Que ya está muy grande, que no lo pusiste en su cuna, que vayan a la clínica, etc. Lo tomé en brazos para que se calmara y poder revisarlo, estaba impecable y al rato ya nos daba sus risas y mañas de siempre. Él es así, mitad feliz mitad gruñón. Es decir, una guagua normal.
Es también con estos episodios que me doy cuenta que crecen por día. Fue ayer cuando lo dejaba sobre la cama y con suerte decía pío y ni se movía hoy ya se da vuelta solo, se sienta y toma cosas. Así que hay que extremar medidas, pero es importante no volverse loca. Yo no soy de ésas. No soy mamá aprensiva y espero no volverme una. Es que no me gustan los extremos ¿Me entienden?
No es nada de grato que tu hijo se mande al suelo, pero me tocó y acá estamos. El pobre mañosea porque le carga que lo amarre en el coche, pero es por su bien y el mío. Ya aprendí. Las guaguas crecen y crecen rápido, de la noche a la mañana y lo digo literalmente. Se duerme haciendo una gracia y en la mañana ya sabe otra. El baby ninja se va convirtiendo en una ninja kamikaze y hay que estar ojo piojo.
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Carolina Carmine es bloggera en Ultimo día de abril. También la puedes seguir en su cuenta de Twitter.
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