No es fácil asumir públicamente una experiencia de violencia tan dramática como la que le tocó sufrir a Paola Lola Mascambruni. Sin embargo, esta argentina decidió hacer público su maltrato para hacer visible una realidad que, lamentablemente, muchas mujeres sufren actualmente.
Todo ocurrió hace dos semanas, cuando Paola posteó en su Facebook una foto mostrando las heridas y golpes que le propinó Rodrigo Picolini, su ex pareja y padre del menor de sus cuatro hijos.
“Anoche fui golpeada durante tres horas, encerrada en una casa. Tengo quebrado mi tabique nasal, ya reconstruido con cirugía, y mi cuerpo entero brutalmente golpeado”. Y agrega que “no voy a parar hasta hacer justicia. Les pido ayuda a todos los que me puedan aportar algo”, finaliza el relato publicado por Paola en la red social, que ya ha sido compartido más de seis mil veces y cuenta con más de cuatro mil reacciones.
Una historia de violencia
La relación de Mascambruni y Picolini comenzó en 2009, según contó la mujer a Clarín. “Al principio era un amor”, indica sobre el hombre que era su compañero de trabajo y se convirtió en su pareja y padre Valentino.
Nunca convivieron, sin embargo, los golpes comenzaron en plena gestación de su pequeño. “A los dos meses de gestación, me tiró un vaso de cerveza. Un día que salimos a comprar ropa, se enojó y me mordió fuerte una mejilla adelante de mis hijas”, señala. Luego, con seis meses de embarazo, “me dio una paliza tremenda. Yo estaba tirada en la cama y él se puso arriba y me dio muchas trompadas. Mi hijo se salvó de casualidad”.
Imagen: La Tercera
A partir de ese minuto, Paola intentó alejarse. Sin embargo, por no querer alejar al pequeño de su padre, continúo junto al hombre que luego comenzó también a golpear a Valentino. “Un día le rompió su camiseta de River, porque él quería que fuera de Boca”, dice, situación que terminó con Rodrigo amenazándola de muerte con un arma y con una orden de restricción perimetral del Tercer Juzgado de Familia de Morón.
Un nuevo perdón
No obstante, pese a que Paola inició una nueva relación y logró estar más tranquila, la culpa de que su hijo se criara sin su verdadero progenitor la llevó a buscar a su agresor.
“Me encontré a cenar con él y nos arreglamos. Estuvimos en pareja hasta octubre cuando volvió a comportarse violento”, relata, agregando que nuevamente golpeó a su pequeño.
Imagen: Pixabay.com
Pero, como ocurre en muchos de estos casos, Paola otra vez lo perdonó. Y así, la semana pasada, luego de una discusión, Rodrigo explotó y la golpeó durante tres horas, con la mujer salvándose de milagro.
“Cerró las puertas con llave. Me desnudó. Me agarró de los hombros y con mi espalda rompió una ventana. Me pegó patadas y piñas en todo el cuerpo, intentó ahorcarme. Lo más suave que me dijo fue ‘puta’. Yo le pedía que se calmara. Le decía: ‘Rodrigo, por favor, me vas a matar’. Y él me respondía que sí, que claro, que me iba a matar”, contó a Clarín.
Una escapada milagrosa
Mascambruni logró zafar de la violenta agresión. “Al final pude abrir la puerta, me subí a la reja pero me atrapó y me empezó a golpear la cabeza contra el piso. Pero me levanté de nuevo, me trepé a la base del portón, al buzón y salté para el otro lado”, indicó.
Imagen: La Tercera
Sin embargo, sus secuelas son evidentes: una fractura de cráneo, un traumatismo nasal agudo por el que tuvieron que operarla, varios dientes flojos, el cuello amoratado, derrame en su ojo y hematomas por todo el cuerpo.
Finalmente, y luego de implorar ayuda a sus vecinos, Paola logró que Rodrigo fuera detenido y aún se mantenga en esta condición, acusado de lesiones graves agravadas por haber mantenido una relación de pareja. “Espero que se pudra en la cárcel”, indicó al mismo medio la trasandina, que pide justicia y ha decidido mostrar su historia para generar conciencia y sumarse al movimiento #niunamenos que pide el fin de la violencia contra las mujeres.
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