La monoparentalidad femenina ha existido siempre. Muchas mujeres madres encabezaron sus familias producto de guerras, separaciones, viudez, baja implicación de los varones en la crianza, entre otras razones, explica Irene Salvo, académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. Central a Tendencias de La Tercera.
“Las antes llamadas “madres solteras” y sus hijos, fueron (y siguen siendo) estigmatizadas y patologizadas como familias incompletas, disfuncionales, rotas, etc.”, agrega.
Pero hoy emerge un nuevo modelo dentro de las monoparentalidad femenina: mujeres que optan voluntariamente por una maternidad sin pareja. “Mujeres de sectores más profesionalizados y que se han dedicado por largos años a desarrollar exigentes carreras, postergan su maternidad y deciden llevarla a cabo cerca de los 35-40 años, mediante técnicas de reproducción asistida o adopción”, dice Salvo. Y sin parejas de por medio.
En este proceso influye la mayor tolerancia social hacia otros modelos conyugales y a los nuevos modelos de paternidad y maternidad, agrega Camila Mella, socióloga de la U. de Chile. “Hoy la mayoría de los niños nace fuera del matrimonio”, ejemplifica.
Y de hecho, las cifras del 2016 del Registro Civil así lo muestran: el 73% de los alumbramientos en Chile correspondió a hijos nacidos al margen de un matrimonio, mientras que sólo el 27% lo hizo dentro de él. En 1980, en cambio, los niños nacidos fuera de un matrimonio eran el 28%; en 1990 eran el 34,3% y en 2002 ya superaban la mitad (51,7%).
Sigue leyendo la nota de Paulina Sepúlveda Garrido en Tendencias de La Tercera
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