Kylie Bisutti, una joven que en 2009 tuvo la oportunidad de modelar en un desfile de la reconocida compañía de lencería, recientemente lanzó un libro donde desclasifica las razones que la llevaron a dejar el mundo “superficial” de las pasarelas, para quedarse con el del matrimonio y la “decencia”.
Belleza, éxito y sensualidad son los primeros conceptos que se vienen a la cabeza cuando se habla de los ángeles de Victoria’s Secret, ese grupo de súper modelos que deslumbran en la pasarela con sus cuerpos cubiertos con lencería sexy. Llegar a formar parte de este selecto team es el sueño de cualquier joven que aspira a llegar al mundo de las maniquíes, pues es un trampolín seguro a la fama.
En 2009, como ya era tradición, la firma de ropa interior quiso darle la oportunidad a una joven común, por lo que abrió un concurso on line, donde la más votada podría desfilar junto a los rostros más importantes de la marca. En la oportunidad, la ganadora resultó ser Kylie Bisutti, una joven de 19 años que tenía todo lo necesario para crecer en este medio. Al fin su sueño de pequeña se estaba cumpliendo, hasta que una mala experiencia en una sesión de fotos la hizo tomar la decisión de alejarse por sentir que estaba “abandonando el camino de Dios”.
“Me estaban pagando por quitarme la ropa y posar provocativamente para estimular a los hombres. Ya no se trataba de ser una modelo de ropa; me sentía como un trozo de carne”, cuenta la joven en un artículo que escribió hace un tiempo en el New York Post, donde también contó que tras ese episodio de angustia fue a su pieza a rezar y dijo: “Dios, ¿por qué me hiciste ganar el concurso de Victoria’s Secret, si me iba a sentir de esta manera? No estoy honrando a mi marido. ¡Sólo quiero respuestas!”.
Ese fue el día en que la ex modelo, que creció en Las Vegas y empezó a posar con sólo ocho años de edad, decidió colgar las alas y privilegiar su matrimonio. Poco le importó el hecho de haberle ganado a 10 mil participantes en el concurso que le permitió compartir con las exponentes más top de este ámbito, como Alessandra Ambrosio, o por haber participado en algunos catálogos de lencería para la marca.
BENEFICIOS LUEGO DE LA CRISIS
Tras el escándalo que hizo tambalear la credibilidad a las firma, la joven no perdió el tiempo: esta semana lanzó el libro “No soy un ángel: de modelo de Victoria`s Secret, a modelo de conducta”, que ya se encuentra a la venta en el país yankee. En el escrito la chica cuenta con lujo de detalles cosas que le tocó presenciar mientras formó parte del grupo de bellas,
“Mi compañera de piso, también modelo, era tan bulímica que vomitaba involuntariamente cuando comía” o “rechacé la oferta de participar en Dancing with the stars porque no quería bailar con ningún hombre que no fuese mi marido”, son algunos extractos de su trabajo.
Junto a esto, próximamente Bisutti lanzará una línea de ropa interior “cristiana y decente”, dirigida para todas esas mujeres que quieren complacer a sus maridos.
VICTORIA’S SECRET SE DEFIENDE
Luego de que esta bomba mediática estallara en Estados Unidos -debido a que Bisutti, de alguna forma insinuó que el modelaje es una vía de prostitución-, en esa oportunidad la empresa de ropa íntima se manifestó a través de un comunicado.
“La señora Bisutti ha inventado declaraciones respecto de su breve relación con Victoria’s Secret. En 2009, ella ganó un concurso para aficionadas, participó en una sesión de fotos y no ha trabajado para nosotros desde aquel año. Ella habla repetidamente de una relación que simplemente no existió”, expresó en aquel entonces la compañía donde Miranda Kerr es uno de los principales rostros.
Sin embargo, esta aclaración no detuvo a la joven que abandonó el modelaje para estar con su marido y vivir según las reglas del Señor; desde que comenzó a vociferar situaciones que ocurrían tras bambalinas en el círculo de Secret, su fama “pechoña” se incrementó.
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