Cindy Crawford asegura que hoy existen grandes estrellas en el mundo de la moda, a la altura de las icónicas figuras que desfilaron por las pasarelas de todo el mundo en su época, los años 90, aunque admite, en una entrevista con EFE, que el valor de la imagen ha caído por su profusión en las redes sociales.
“Muchas cosas en el mundo de la moda siguen igual que en mi época, pero los dos grandes cambios han sido el uso de la fotografía digital hace ya un tiempo, y sobre todo, la irrupción de las redes sociales”, concedió la supermodelo estadounidense de 53 años.
“El aspecto digital ha añadido una capa totalmente nueva y ha creado muchos más puntos de entrada al negocio de la moda”, observó Crawford antes de inaugurar el nuevo “showroom” en West Hollywood (California) de Grupo Cosentino, la compañía española dedicada a la producción y distribución de superficies para el mundo de la arquitectura y el diseño.
“En las redes sociales encuentras a gente con muchísimo estilo, desde grandes maquilladores que no son conocidos, hasta ‘influencers’, que son grandes descubrimientos. Es una pasarela, y hoy en día tienes que tener tu propia plataforma para ayudar a mantener tu marca”, apuntó.
Crawford, que iluminó las pasarelas de la moda en la década de 1990 junto a otros rostros inolvidables como los de Claudia Schiffer y Naomi Campbell, considera que hoy hay estrellas tan rotundas como ellas, al igual que fotógrafos y estilistas “increíbles”.
“Pero la razón por la que ahora nada nos parece tan icónico es porque estamos inundados de imágenes. El valor de la imagen ha caído porque las vemos constantemente, las deslizamos constantemente con el dedo en el celular. Aunque sean fuertes y de calidad, se pierden en ese mar de instantáneas”, declaró.
La modelo y empresaria reconoció que no habría sabido manejar bien las redes sociales en su época, no como su hija, Kaia, que se está convirtiendo en toda una estrella de las pasarelas a sus 17 años y que gestiona toda esa vertiente digital porque le sale de forma natural.
“Creció con ello. Es una nativa digital. Es como su lengua materna. Yo no crecí con mis amigos en Snapchat. Yo no entiendo esa herramienta, pero para ella es algo natural y no le intimida como a mí”, declaró.
El hijo de Crawford, Presley, de 19 años, también se dedica al mundo de la moda. “Criar a tus hijos siempre es duro”, admitió. “En cada fase de sus vidas quieres enseñarles cosas. Muchas veces no te escuchan, pero sí que ven lo que haces y eso me parece clave. Si tratas a la gente con respeto y con buenas maneras, ellos también lo hacen automáticamente”, señaló.
“He tratado de educarlos predicando con el ejemplo. Eso no quiere decir que sean ángeles. Entienden que crecer en una familia famosa les ha añadido mucha presión, además en la era digital. A veces les pido perdón, porque yo con 20 años solo pensaba en mí misma y no pensaba en cómo mis acciones afectarían a mis hijos”, dijo. “Con suerte”, agregó, “esperas que aprendan cómo lo has gestionado tú, pero ellos tienen que emprender su propio camino”.
Crawford explicó que la relación con Cosentino comenzó por el interés de la empresa española y continuó por la pasión de la modelo a la hora de diseñar sus propias casas.
“He trabajado en la moda mucho tiempo, desde que tenía 17 años”, sostuvo. “Y ese mundo me ha abierto la puerta al diseño, que ha sido una gran pasión desde antes de casarme. Especialmente como esposa y madre, me fascina poder crear el entorno donde mi familia va a vivir. Si puedo combinar ambas facetas, es fabuloso“, finalizó.
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